miércoles, 23 de marzo de 2016

EL PAPA, COMO SOLUCIÓN Y COMO PROBLEMA EN LAS PALABRAS DE JESUCRISTO



Para que nadie se engañe...


Para conocer el mínimo de sabiduría necesaria para fundar una organización, basta con observar como procede un grupo de niños para formar un equipo, y veremos cómo, en un primer paso, comienzan por elegir a un capitán.

¿Cómo entonces suponer que la Sabiduría Divina debiera ser inferior a la infantil?

Enfaticemos el punto por medio de los hechos históricos.

Los niños saben que un capitán es necesario para que su equipo pueda actuar en conjunto; y la unidad de mando es lo indispensable en el mundo adulto y en todos los mundos imaginables. Y si esto es indiscutible para los niños que quieren ganarle al equipo contrario, una meta menor, ¿qué decir cuando la meta NO PUEDE SER OTRA QUE LA CONQUISTA DEL MUNDO ENTERO?

Esta es la meta, la única meta puesta por Nuestro Señor Jesucristo a Su Iglesia: Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado se salvará; pero el que no crea se condenará”. (Marcos 16:15-16) Y estas mismas instrucciones, finales y terminantes dadas en el momento de Su Ascensión aparecen también en Mateo 28:19. ¡No podía ser de otra manera! Ya que negar el derecho implícito en ella equivale a negar la divinidad de Jesús, pues solo Dios puede reclamar el mundo entero para sí sólo, con la exclusión definitiva de todos los demás, dado lo cual advierte: “El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”. (Mat 12:30).

El Evangelio destaca la gravedad de la Reforma Protestante que conllevó el rechazo de su meta esencial: LA UNIDAD DE MANDO PARA CONQUISTAR EL MUNDO; así como el fraude de los que continúan desparramando, Biblia en mano, su desfachatez y apostasía, para desparramar en mil sectas el contenido de un solo libro que no da para ninguna; dado, precisamente, lo que la magnitud de la empresa requiere. Sustituir la unidad de mando con el instrumento (la Biblia) para que sin el papa pudiera pulverizarse en sectas que lo impidieran, fue el plan satánico. El divide y vencerás aplicado al evangelio para frenarlo, e impedirlo, POR MEDIO DEL USO INDEPENDIENTE DE LA ESCRITURA contradice, obviamente, la Voluntad Divina de Jesús claramente ESCRITA EN LA BIBLIA MISMA:

Y Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Yo también te digo que tú eres Pedro (Petrus = roca), y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos. (Mat 16:17-19)

El papa es, por tanto, el primer requisito sine qua non para aquellos que quieran incorporarse a Jesucristo como cristianos.

Estamos, por tanto, ante un paradigma, un modelo eximio de delegación de autoridad. ¡Y no más faltaba, tratándose del papabile de Dios Padre! Sin embargo, era tan solo la primera parte de la misma, siendo su complemento hasta de mayor importancia como lo significativo del evento reclamaba. De manera que, cuando el recién nombrado tuvo la audacia de tomar la iniciativa por contradicción, en vez de someterse humildemente a la voluntad del Padre como su encumbramiento exigía, que recibió la deposición más dura con las palabras más severas que registra la historia; más fuertes que cualquiera que tuviera que escuchar Judas Iscariote hasta donde el Evangelio registra; una excomunión en los términos más indiscutibles y lapidarios al ser llamado, por el mismo Cristo, SATANÁS:

 Y tomándole aparte, Pedro comenzó a reprenderle, diciendo: ¡No lo permita Dios, Señor! Eso nunca te acontecerá. Pero volviéndose El, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque tu pensamiento no es el de Dios, sino el de los hombres.” (Mat 16:22-23)
 
Estas palabras del Evangelio señalan el lugar propio de Pedro y de todo papa en relación a Dios. Al Vicario le corresponde una subordinación total. No puede haber mayor peligro para la Iglesia que el que representa un papa que se antepone, con su inferior criterio, a la Voluntad Divina. Lo había intentado Luzbel para terminar en Satanás y en el Infierno; Pedro se andaba metiendo en las mismas, y fue llamado, por los merecimientos del momento, con el mismo calificativo.

Esta escena, en continuidad inmediata con la anterior, recalca la importancia fundamental del papa, aunque ahora por el aspecto contrario; estableciendo y anteponiendo como primera exigencia que sea un VERDADERO papa por oponerse a los criterios de los hombres. 

En el momento mismo del nombramiento estaba viva en la memoria de Israel la figura y grandeza de los profetas; muertos, linchados diríamos hoy por los judíos, por tomar partido siempre por Dios contra los pecadores que preferían aferrarse a sus vicios rechazando a Dios. Así se los recuerda Jesús:

¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas…” (Mat 23:37) “¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Ellos mataron a los que antes habían anunciado la venida del Justo, del cual ahora vosotros os hicisteis traidores y asesinos” (Hechos 7:52)

Y Jesucristo lo predicaría con el ejemplo haciéndose perseguir y crucificar por los judíos:

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. (Mat 16:24-25)

Y la Iglesia viviría esta exigencia con la tortura y la sangre de incontables cristianos muertos en distintos tormentos, y arrojados a los leones en espectáculos públicos, cuya sangre unida a la de Jesús cimentaría sobre el Imperio Romano el Reino de Jesucristo y la Civilización Occidental. Alcanzaron la gloria y vencieron al mundo imitando al Divino Maestro, llamando a los judíos “Raza de víboras (Mat 23:33),” “sepulcros blanqueados (Mat 23:27)”; “hijos del Diablo (Juan 8:44)”. Y, a estas verdades se añadía un mandamiento excepcional: Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es Perfecto (Juan 8:44). A ese testimonio, a esta valentía está llamado el papa para ser Papa y no Satanás. Solo con esta actitud puede un papa resistir al mundo con su tentación de un aggiornamento por el cual queda la Iglesia y el Evangelio sometidos al mundo para sujetarse a las perversiones del mundo, en vez de renovar al mundo.

El Evangelio comprende toda la teología del papado; ya que la teología es por definición la inteligencia aplicada a la Sagrada Escritura; donde la Biblia procede de Dios, y la inteligencia humana, mucho más débil, y sospechosa necesariamente de yerros humanos tiene que ser corregida continuamente por la Biblia misma a cuya letra debe por definición ajustarse. Ningún papa puede, por tanto, alterar la Escritura como demuestran las duras palabras de Jesús; ya que al provenir la Escritura del Padre, ni el mismo Jesús puede alterarla: “El Padre es mayor que yo (Juan 14:28)”, y por consiguiente la inerrancia corresponde a la Escritura: “Si a aquellos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses (y la Escritura no se puede violar)” (Juan 10:35), la misma importancia da Jesús a la Escritura cuando enfrenta a Satanás en el desierto: “porque escrito está” es el argumento invencible de Jesús en los tres casos que se presentan. Así vence al Diablo honrando al Padre con esas mismas palabras. (Mat 4:6 – 7 y 10). Por ello, Todos los papas legítimos están sujetos al mismo juicio que Nuestro Señor ejerció sobre el primer papa, y en los mismos términos que para ello se fijaron allí. Todo papa está sujeto a la Escritura, a la que debe subordinarse siempre. Debe, de presentarse el caso, interpretarla; pero jamás contradecirla si ha de ser Pedro y no Satanás. Queda en claro, por tanto, el conjunto unidad indisoluble que debe regir a la Iglesia, LA SAGRADA ESCRITURA JUNTO CON EL PAPA, Y LA SUBORDINACIÓN INDISPENSABLE DEL PAPA A LA MISMA VERDAD ETERNA FIJADA POR LA ESCRITURA.


LOS PAPAS COMO PROBLEMA

Llegaría el momento en que en vez de papa habría Satanás en la Iglesia. Ya no se mencionaría al pecado como pecado. El Infierno y el Purgatorio se olvidarían para completar la devastación del discernimiento. Así estaba previsto y anunciado en la Sagrada Escritura. Y es Jesucristo mismo quien lo anuncia: Por tanto, cuando veáis a la ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN, de que se habló por medio del profeta Daniel, colocada en EL LUGAR SANTO (el que lea, que entienda)” (Mat 24:15) habría llegado el final de los tiempos.

Lugar santo solo puede haber uno, en la conjunción subordinante entre la Sagrada Escritura y el Papa: la Iglesia Católica; por lo cual “lugar y no lugares, santo, y no santos”.

La abominación en la Sagrada Biblia hace referencia a los pecados graves que hacen de quien los comete un abominable para Dios; un rechazado por Dios a muerte: “Si alguno se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos” (Lev 20:13). Y al Infierno eterno: “Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” (Apoc 21:8)

Desolación describe a un desierto, aquello que la gente abandonó por haber perdido su atractivo de santidad, al hallarse en ella lo abominable. Descripción de la Iglesia de hoy que en vez de mostrar el Reino de Cristo muestra lo contrario, lo que la juventud por cientos de millones tiene en el abandono con las iglesias cerrando y vendiéndose a los musulmanes que las convierten en mezquitas. Esta es la situación, el desierto actual en Europa, EE.UU., y Canadá.

He aquí la explicación de la dureza de las palabras de Jesucristo dirigidas al papabile del Padre mismo. Si tanto así cayó sobre San Pedro, ¿no quedaban advertidos igualmente sus sucesores y la Iglesia en su conjunto, y no está dicha la razón? El aggiornamento es el nombre dado a la intención misma del Concilio Vaticano II, de ajustar a la Iglesia Eterna a las exigencias temporales del mundo y del momento. La Iglesia era invertida de manera satánica: Ya no se exigiría la conversión del mundo a Dios, ¡era lo de Dios lo que se debía convertir al mundo!

Y lo que era profecía desde Daniel respaldada por Jesucristo sobre su Iglesia quedaría confirmado, habiendo llegado el momento, por la Santísima Virgen en La Salette: “Roma apostatará de la Fe y se convertirá en la sede del Anticristo. La Iglesia quedará eclipsada”. Esto dicho en 1846 para su publicación en 1858, vio su consumación en 1958; cien años después con el magnicidio del papa Pío XII, que abrió las puertas al cónclave para el gran castigo del Concilio Vaticano II.

Pero un castigo previo caería sobre el Vaticano para dejar ante el mundo la reprobación total de Dios al papa que había despreciado el mensaje de Su Madre. El papa Pío IX, sobre el desprecio al mensaje de La Salette, cometería en rebeldía contra el Evangelio que lo prevenía con el “¡Quítate de delante de mí, Satanás! el atentado que sería fundamental para que, finalmente, pudiera la abominación de la desolación apoderarse de la Iglesia. Convocó a un concilio que sería el Concilio Vaticano Primero; y este Concilio proclamaría al mundo la autónoma infalibilidad papal. Y el castigo divino sería ante los ojos del mundo entero.

La Constitución Dogmática Pastor Aeternus estaba fechada 18 de julio de 1870. Para octubre del mismo año, Pío IX sería despojado de todas las posesiones que le quedaban en Italia, en particular del Lazio, que comprendía obviamente toda la Ciudad de Roma. De octubre de 1870 hasta el 11 de febrero de 1929 en que se firmó el tratado con Italia que daría nacimiento al actual mini estado del Vaticano actual, los papas serían meramente tolerados como inquilinos sin derechos en los terrenos que hoy ocupan. Es cierto que el movimiento revolucionario para el despojo total de la Iglesia de lo que habían sido los Estados Papales que abarcaban una elevada porción del centro norte de Italia venía de tiempo atrás. Estos territorios databan del año 754, y su integridad llegaría hasta 1791. El gran despojo de los mismos, por tanto, databa de Napoleón Bonaparte, e iría en aumento a grandes “mordidas”; pero todavía en 1860 gran parte de los mismos había sido restituida a la Santa Sede por los franceses. No es cosa, por tanto, de suponer que el despojo total tuviera que ser inevitable y menos al grado que lo fue. Por otro lado, La Santísima Virgen en La Salette da la justifica-ción del largo proceso en 1846 a saber: Ya no quedaban sacerdotes dignos de oficiar el Santo Sacrificio de la Misa. Ha sido la única aparición de la Virgen en que derramaba lágrimas desconsolada sin cesar. Los demás castigos anunciados por Ella sobre el mundo pueden describirse como la ira de Dios dando principio al Apocalipsis: el desarrollo de nuevas armas (la primera ametralladora data de 1861), armamentos fabricados en serie, y revoluciones socialistas para desestabilizar las mentes y las instituciones se vendrían sobre la humanidad desde entonces.

Y siguiendo la regla del desarrollo orgánico de la cizaña y el trigo (Mateo 13:24-30), la decadencia eclesial que venía desde Luis XIV posponiendo la consagración de Francia al Sagrado Corazón de Jesús, lo que según Jesús mismo dio lugar al éxito de la Revolución Francesa, se acentuaría con la misma devastación revolucionaria. En cuanto al nuevo castigo anunciado, este correría del anuncio del Secreto de La Salette en 1846, hasta 1858 en que debió anunciarse; y de allí hasta 1958, cien años después en que Pio XII es asesinado para que Juan XXIII iniciara los trabajos del Concilio Vaticano II.



LA CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA PASTOR AETERNUS

Contra la advertencia del ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Como aparece en (Mat 16:22-23) pretender la infalibilidad papal era incomprensible; pretenderlo contra el: “Cuando viereis la abominación de la desolación en el lugar santo” ya era francamente insostenible; pero pretenderlo a pesar del anuncio de la Santísima Virgen en La Salette sobre: Roma apostatará de la fe y se convertirá en la sede del Anticristo, eso, ¡ESO…! No solo abría el apetito a los revolucionarios para que se apropiaran del papado con premio de infalibilidad creída y extendida universalmente. Resulta doblemente injustificado, ya que ¡lo hizo cuando se estaban apropiando de todo lo que tenía! ¿Podía haber tenido una advertencia más clara?

Veamos el contenido de la Constitución Dogmática que aquí se transcribe; y como, en un principio guarda, efectivamente, la debida prudencia en los numerales 5 y 6:

“Los pontífices romanos... han definido como doctrinas para su debida observancia aquellas que, por la gracia de Dios, sabían estar acordes con
    • La Sagrada Escritura, y
    • Las tradiciones apostólicas.
Ya que el Espíritu Santo fue prometido a los sucesores de Pedro no para que, por revelación pudieran dar a conocer alguna nueva doctrina,
o    Sino para que, con su divina asistencia, pudieran religiosamente guardar y fielmente exponer la revelación, o depósito de la fe transmitido por los apóstoles.

Hasta aquí muy bien. La Sagrada Escritura y la Tradición sujetan a ellas al pontífice. El problema se suscita por su contradicción como aparece al final:

o    Nos, enseñamos y definimos como dogma divinamente revelado que:
§  Cuando el Romano Pontífice habla EX CATHEDRA,
§  O sea, cuando,
1.     En el ejercicio de sus funciones como pastor y maestro de todos los cristianos,
2.     en virtud de su suprema autoridad apostólica,
3.     define una doctrina sobre la moral o la fe para su observancia por toda la Iglesia Universal,
§  posee,
§  por la asistencia divina que le fuera prometida en el bienaventurado San Pedro,
§  la infalibilidad que el divino Redentor quiso para su Iglesia en la definición de todo lo concerniente a la fe o a la moral
§  Por lo cual, tales definiciones dadas por el Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables.


2.     De manera que, de querer alguno, Dios no lo quiera, tener la temeridad de rechazar esta definición nuestra: sea anatema.

¡Lo que constituye, de hecho, una nueva doctrina!

No podemos negar ni la suprema dignidad apostólica del Obispo de Roma, ni la necesidad de su magisterio; ni de la asistencia especial del Espíritu Santo al mismo y en todos los casos, lo que no implica que un papa vaya, necesariamente, a aceptar dicha asistencia, o que no pueda rechazarla.  Hay, como hemos visto, y venido afirmando, una infalibilidad propia de la Iglesia por lo cual veremos primero en dónde aparece el error por omisión de lo esencial; en segundo lugar, cómo, con solo añadir lo esencial, tenemos una proclamación diferente que aclara el punto debidamente; y, en tercer lugar, podemos, por las consecuencias, valorar hasta dónde llega el daño causado, así como la necesidad de su reparación.

PRIMERO: El error, ya lo vimos, radica en que a partir de “nos enseñamos y definimos… para concluir con “son en sí mismas…  irreformables”; tenemos, lamentablemente, una declaración de independencia de las limitantes que dan su existencia formal misma al papado, y que son la Escritura y la tradición.

SEGUNDO: La formulación que sería procedente conforme al Evangelio es: “la infalibilidad que el Divino Redentor quiso para Su Iglesia mientras se conservara fiel a la Escritura y a la Tradición Apostólica, para definir lo concerniente a la fe y a la moral”. Este es el punto fundamental debido a la obligación del papa de someterse a la Escritura, ya que solo la Escritura es en sí misma infalible. El libro hace al maestro en este caso, al preceder al maestro que la recibe obligado, y quedando a ello juramentado, lo que excluye que sea al revés. El Oficio Pietrino se configura, por tanto, en la conjunción subordinante de la Escritura y la Tradición con persona del pontífice.

CONCLUIMOS EL PUNTO: Pastor aeternus abrió las puertas no solo a las aberraciones doctrinales del Concilio, sino a las aberraciones morales y mentales de todos los pederas-tas y cretinos imaginables, bastando, para ello, con un papa dixit; y hasta por omisión por un non dixit en materia grave. Lo hizo reinventado el papado. Lo hizo magnificando la figura del papa al grado de rebajar a Jesucristo a su nivel. De ahí la confusión de las gentes y su papolatría.


 LO QUE ABRIÓ LAS PROFECÍAS A SU CUMPLIMIENTO

“Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, sólo que aquel (San Miguel Arcángel) que por ahora lo detiene, lo hará hasta que él mismo sea quitado de en medio (2Tes 2:7) Se cumplió con el cambio en la misa ordenado por el papa Paulo VI que quitó la oración a San Miguel que se decía en todas las misas ordinarias en el mundo.

“y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. ─ Por esto, Dios les enviará un poder engañoso (el Concilio Vaticano II), para que crean en la mentira, a fin de que sean juzgados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se complacieron en la iniquidad. (2Tes 2:10-12)

Este poder engañoso manifiesto como el Concilio Vaticano II, tuvo por sustento la definición dogmática de la infalibilidad papal. Y hasta hoy, la mayoría acepta lo que diga el papa como si proviniera de la boca del mismo Dios; ¡como si Jesucristo hubiera fundado un papado superior a la Sagrada Escritura con poder para reescribirla a capricho! Como si el papa hubiera sido puesto por encima del mismo Padre Eterno y de Su Escritura Sagrada. Así los fieles, pobres ovejas sin pastores auténticos, con predicadores ya sin conocimiento de la fe, en vez de luchar sin armas prefieren abandonar los templos.

Pastor aeternus ha logrado la devastación. Ha acreditado el decir de cualquier papa para contradecir la Escritura. Todo delito se comete por acción o por omisión, o por ambas. Los daños se reciben, por consiguiente, de la misma manera. La conducta exigible a toda autoridad parte de discernir tajantemente entre el bien y el mal, para premiar en su caso el bien y para castigar el mal. ¿Qué decir entonces de la suprema autoridad pontificia alterando todo discernimiento como se observa hoy día? La efectividad de la conciencia moral tanto individual como social ha quedado destruida al negarse de manera efectiva, tanto por acción, como por omisión, la existencia del Infierno y del Purgatorio; al extremo de un Francisco que hace burla pública de la Justicia Divina cuando afirma que “Dios es demasiado bueno para castigarnos”. ¿Se puede ser bueno sin ser justo? ¿Se puede ser justo sin castigar? Al pretender poner a Dios en ridículo, suma una blasfemia más a todo lo dicho por el Concilio Vaticano II; obligándonos a recordar que árbol que crece torcido (sin milagro de por medio) ya no se endereza. ¡Todo estaba profetizado!

“Y clamó con potente voz, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en guarida de toda ave asquerosa y aborrecible”. (Apoc 18:2) 

La descripción es perfecta, y el nombre es preciso. Babilonia hace referencia al Talmud de Babilonia cuyo contenido parte de, y concluye sin falta, para producir esos mismos efectos que hoy vemos acentuados por los que mataron al último papa, a Pío XII, para sustituir la Biblia con el Talmud de los rabinos. Estamos ante el cumplimiento del Apocalipsis: Pederastas, homosexualidad sin condena, monjas “por el derecho a decidir” en comunión con el papa (ya que ni siquiera han sido públicamente excomulgadas). Un mundo enardecido por la pornografía, el Viagra promovido, y hasta cultos públicos a Satanás igualmente tolerados y publicitados. A todo esto, sin freno, ha conducido una acreditada infalibilidad de la tolerancia, respetuosa por omisión de todos los derechos a la libre expresión del Diablo. Esto han logrado los papas conciliares de Juan XXIII hasta Francisco. Esto lo ha acreditado la falsa inerrancia de Pastor aeternus produciendo papas sin los límites que la Biblia hace imposible. Destaquemos, la oscuridad total en que estaríamos hundidos, de no ser por la manifiesta reprobación de Dios a Pío IX, la claridad de las profecías cumplidas, y la letra del Evangelio.


El Apocalipsis al día

Las profecías, al cumplirse, quedan para la historia. Y su actualidad nos permite rastrear del pasado sus orígenes y concatenaciones para ver de frente a los responsables sin su disfraz. Los tramadores de siempre, como enemigos de Jesucristo que pretenden otro Mesías son los rabinos; y en su esfera religiosa combaten por necesidad, para poder triunfar, la fortaleza papal. Tomar el control, y posesión de la misma ha sido por siglos su meta; y como quien se hace del auto de lujo último modelo, las ventajas de apropiárselo y conducirlo como propio, en vez de destruirlo, ponen en claro la situación.

Más claro pone el asunto la historia del Concilio cuya meta fue la de ir más allá de prostituir a su jerarquía para acomodarla a su imagen como: “habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en guarida de toda ave asquerosa y aborrecible,” lo que describe perfectamente la esencia moral del Talmud de Babilonia. Su intención, de inicio, fue lograr el reconocimiento del judaísmo como religión al mismo nivel del cristianismo; para poder entonces, desde la máxima autoridad de un papa presidiendo un concilio, auto exonerarse de los cargos de deicidio, y así revestirse de la blancura sin tacha que los acreditara para gobernar a un mundo adormilado por el novedoso cantar de la sirena papal.
Toda esta maniobra contradijo de manera flagrante al Evangelio por partida doble: El deicidio parte necesariamente del hecho de que Jesucristo es Dios, condenado a muerte por Anás y por Caifás, los cuales no eran mayas ni romanos; a los gritos de una turba que a unísono votaba por dar vida a Barrabás, y porque la Sangre de Nuestro Salvador cayera como maldición sobre ellos, y sobre sus descendientes (tampoco fueron árabes ni persas los que gritaban). Pero los hechos históricos no era lo que les importaba, sino que se negara la divinidad de Jesucristo; y a esa apostasía se apuntaba todo el Concilio Vaticano II en su integridad, en todos sus cambios y documentos, y lo lograron:

La apostasía: “Roma apostatará de la fe, y se convertirá en la sede del Anticristo. La Iglesia quedará eclipsada.” (La Salette).

El Anticristo: ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.” (1Juan 2:22) Y solo ha habido un grupo a través de la historia que tiene como profesión y objetivo propio de la misma, el negar, por encima de todo y ante el mundo y ante la historia, y a través de la misma, que Jesús sea El Mesías (así se dice Cristo en hebreo: Mesías). Y ese grupo son los rabinos, los jefes religiosos de los judíos, los sucesores en línea directa de los fariseos que aparecen en el Evangelio.

¡Nada tenían que hacer los judíos en un concilio católico que ni siquiera estaba autorizado a aceptarlos como tales! Ya que estos habían sido rechazados en cuanto judíos por Nuestro Divino Salvador por su rechazo a la Ley del Padre dada por Moisés. ¿Cómo tomar por judíos a aquellos que ya en tiempos de Jesús habían apostatado, desconocido a Moisés, y se habían fabricado sus propias leyes (las costumbres de sus mayores) contrarias a las leyes divinas para luego cometer el deicidio?
¿Cómo podía un concilio eclesial resucitar como judíos a los que habían dejado de serlo en el siglo primero?
Desde la perspectiva cristiana, Jesús es judío nacido conforme a las profecías de los judíos para ser su Mesías, y esa era la única razón para la existencia del Pueblo Elegido. Una vez aceptado, tenían que haberlo seguido como cristianos. Era el fin de un pueblo primitivo para que, enriquecido sacramentalmente, quedara convertido en otro superior que gobernaría la tierra como lo hizo la Iglesia, imponiéndose al mundo por sus virtudes como Civilización Occidental Cristiana. Como es obvio, su rechazo a Dios terminó en entrega a Satanás; y así lo declara Jesús mismo en el Apocalipsis quitándoles el derecho a llamarse judíos:

"Yo conozco tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que son sinagoga de Satanás."  (Apoc 2:9)

  “He aquí, yo entregaré a aquellos de la sinagoga de Satanás que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y sepan que yo te he amado.” (Apoc 3:9)

Dado lo cual es obvio, dadas las evidencias que, para cualquier chino, árabe, o quien haya vivido alejado de estos temas; que el hedor a falsedad que apesta todo el Concilio judaico, con todos sus documentos, ya no se podría quitar. Solo puede, por tanto, ser anatematizado.

Y para continuar con los hechos, sabemos que fueron unos cuantos miles los que lo siguieron para convertirse en la avanzada triunfante sobre la historia universal como sus apóstoles, sus discípulos, sus evangelizadores, sus obispos y sacerdotes, sus sabios, etc; mientras los demás caminaron a su destrucción combatiéndole siempre; tratando de borrar su nombre de la faz de la tierra, y llevando a la muerte a sus mártires con cargos de idolatría.

Se confirma por tanto el ridículo de un concilio, que pretendió que Jesucristo debería ser confirmado como judío en el sentido de los judíos actuales, y para acreditarse y cubrirse con ellos. Primero porque Jesucristo es Dios, demasiado grande, infinito de hecho, para pretender confinarlo a un solo pueblo, u origen humano; y peor, tratándose del único pueblo rechazado por Él. No importa que tanto hurguemos en el Evangelio, no encontraremos un solo elogio de Jesús a los judíos, como tampoco encontramos otra cosa que elogios a los romanos, y estos eran las fuerzas de ocupación.

Jesucristo condenó a los judíos a perder en definitiva el Reino de Dios:

“Por eso os digo que el reino de Dios os será quitado y será dado a una nación que produzca sus frutos.” (Mat 21:43) 

A muerte, lo que confirma el “en definitiva”:

“Pero a estos mis enemigos, que no querían que reinara sobre ellos, traedlos acá y matadlos delante de mí.” (Lucas 19:27)

Y se los cumplió. Sus ejércitos fueron los ejércitos romanos, su nuevo pueblo elegido, y sede para sus papas.

“Entonces el rey se enfureció, y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos asesinos e incendió su ciudad.” (Mat 22:7)

La historia registra tres guerras entre los romanos y los judíos entre los años 66 al 135 que aniquilaron a los judíos. Quedaría solo un pequeño grupo con vida, y no solo lo afirma la historia universal, sino que lo confirma el Talmud mismo en Gittin 57b. La narrativa en español puede adquirirse por Amazon “Las Guerras de los Iconoclastas” de este mismo autor. Hay versión Kindle para descarga inmediata.

Ese pequeño remanente de judíos pasaría su Talmud de Babilonia, el libro del Diablo (Apoc 29 y 3:9), a los reyes de una nación poderosa que habitaba en Rusia entre los mares Negro y el Caspio. Estos jázaros, o khazars como también se les conoce, eran turcos que tomaron las perversiones del Talmud tan a vicio que se convirtieron al judaísmo. Este Talmud puede descargarse completo, en inglés, de la red: www.comeandhear.com para su consulta y conservación. De acuerdo a la historia (que inicia en la década de los setentas del siglo XX con Arthur Koestler) el 95 % de los judíos actuales no son semitas, asunto muy obvio dada su devastación por los romanos, sino jázaros. Pero el problema no se suscita ni se resuelve en el terreno racial o en el terreno histórico solamente, sinoque, primordialmente, por el libro que tiene, entre otras perversiones, la pederastia aprobada y reglamentada: el Talmud que siendo fundamental al trasfondo del Concilio ni siquiera es mencionado durante el mismo. Es conservado desde el siglo primero en secreto, lo que impide que su satanismo obstaculice el actuar de los judíos en el Concilio. Lo tenemos por Internet tan solo a partir de 2003.

Califique usted ahora la veracidad del Concilio Vaticano II y sus judaizantes.


LO PROFETIZADO EN CURSO

Tras rectificar los aspectos históricos retomamos de Nuevo el Apocalipsis. La Biblia es el plano indispensable a la brújula direccional para dar seguimiento a los eventos que se suceden ya con velocidad de vértigo. Del capítulo XVII en adelante hay una figura llamada la Gran Ramera de Babilonia que se aposenta sobre muchas aguas, o naciones. Esta mujer va montada sobre una Bestia bermeja y está ebria con la sangre de los mártires. Se destaca su poderío económico mundial, y será destruida por Dios. La estatua de la libertad, una mujer, es la representación más usual de los EE. UU. La bestia bermeja (roja) describe al comu-nismo que está cada día más próximo a dominar, ahora sí, el mundo entero. Y sabemos los historiadores que el comunismo soviético, Stalin mismo era dirigido desde los EE.UU. por los grandes capitalistas judíos. Capitalistas que se rigen por el Talmud de Babilonia. Todo concuerda, y lo que destaca es el contraste entre los libros básicos con el sorprendente poder de aclararlo todo; al contradecir el Talmud de la Gran Ramera a la Sagrada Biblia de manera absoluta, fija la oposición entre la Sinagoga de Satanás y la Verdadera y tradicional Iglesia Católica. Por comparación, el Corán de Mahoma resulta manso y sorprendentemente cercano al cristianismo, al grado que el gran historiador Arnold Toynbee clasificaba al Islam como una herejía cristiana lo que lo hace “irrelevante por comparación”. Por el contrario, Biblia y Talmud son tan relevantes como lo son el blanco y el negro para la fotografía al dejar en medio la gama de grises en su totalidad. Esto nos recuerda los orígenes de ambos −de la pulpa de la madera sale el papel− en el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, del que comiera Eva, tenemos al libro de la Sinagoga, el Talmud; y el Árbol de la Vida para el libro de la Iglesia, La Sagrada Biblia de la Vida. Y es así, y lo hemos proclamado siempre, por estar La Biblia inspirada por el Espíritu Santo. Por consiguiente, es necesaria la comparación, ya que, en ellos, o entre ellos, se encuentra toda verdad y toda mentira en todos los órdenes del pensar humano. Y vemos también por qué se nos está imponiendo el Talmud: habiendo los primeros padres, Adán y Eva, elegido el Árbol del Mal, quedamos condenados a su conocimiento como elegimos, a beber de la copa del mal hasta el fondo, y los acontecimientos que se avecinan llegan para el cumplimiento exhaustivo de las profecías. Tremendo, sí. Y apocalíptico, sin duda.

A partir del capítulo XIII tenemos la descripción de los papas satánicos: “Y vi otra bestia que subía de la tierra; tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero y hablaba como un dragón.” (Apoc 13:11) El Cordero de Dios es Cristo, el papa como vicario es descriptible igualmente como cordero; pero este, o estos anunciados hablan como el Dragón, que es Satanás, el embustero (Juan 8:44).

La primera bestia que aparece en el capítulo XIII cuya herida mortal fue curada, concuerda con la nación judía que fue arrasada por los ejércitos de Roma, y reapareció en 1948 por acuerdo de ingleses y americanos. La confirmación por el Apocalipsis satisface plenamente, ya que el primer párrafo habla de un imagen:

“Se le concedió dar aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia también hablara e hiciera dar muerte a todos los que no adoran la imagen de la bestia. Y hace que, a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les dé una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca: el nombre de la bestia o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, que calcule el número de la bestia, porque el número es el de un hombre, y su número es seiscientos sesenta y seis. (Apoc 13:15-18) 

Este 666 es el resultado de un cálculo aplicado a la “Estrella de David”, el hexagrama; dónde “el hombre” es obviamente David. Cuando se escribió el Apocalipsis a fines del siglo primero no existían nuestros números arábigos, ni números posicionales, que son substituidos para unidades, decenas y centenas por figuras geométricas completas: líneas 6; un hexágono (seis lados); y los seis triángulos de las puntas. Y todos sabemos que la Estrella de David es el símbolo y bandera del Estado de Israel. Todo se enlaza con absoluta precisión, cuando caemos en cuenta de que ya existe una imagen que garantiza el operativo necesario para imponer una sola forma para comerciar en un futuro próximo: el Internet. ¡Nomás hay uno! Al igual que el cordón umbilical para conservarnos con vida en el seno materno, el comercio mundial está cayendo en manos del Internet, y basta con imponer una condición de acceso para que, el que se niege a aceptarla, pueda ser despojado del acceso a la banca y a todos los servicios indispensables: salud, víveres y medicinas, información y empleos. Basta con recordar que los sistemas jurídicos incompatibles del Talmud y de la Biblia exigen la destrucción de uno de ellos; y que el reinado del Anticristo está a la vuelta de la esquina.


Visto así, el Sionismo no pretende quedarse dentro de los confines geográficos de un estado de Oriente Medio. No nació en sus confines, lo impuso la ONU en el mapa y sobre el mundo y ahora pretende abarcar el mundo entero con el Talmud. Su combate es contra Jesucristo y es a muerte, y el avance de sus victorias ha quedado a la luz con la suerte corrida por la Iglesia, y la destrucción de la fe en la mente y el corazón de millones. Jesús nos pregunta desde el Evangelio: "Cuando vuelva el Hijo del Hombre, ¿hallará aun fe sobre la faz de la tierra?"


Y le siguió otro ángel, el segundo, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia!; la que ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación. Entonces los siguió otro ángel, el tercero, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe una marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino del furor de Dios, que está preparado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero. Y el humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos; y no tienen reposo, ni de día ni de noche, los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que reciba la marca de su nombre.  Aquí está la perseverancia de los santos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. (Apoc 14:8-12) 

¿Quién puede dudar de la precisión de la Biblia, o del momento en que lo descifrado aporta tal claridad?

Invocamos a San Miguel Arcángel en el nombre de Jesús, para que destruya las fuerzas de Satanás quebrantando el poder de la mentira.

¡Quien cómo Dios!



lunes, 21 de marzo de 2016

THE POPE, THE SOLUTION AS WELL AS THE PROBLEM IN THE WORDS OF OUR LORD JESUS CHRIST

Let no man be deceived...


What the minimum organizational wisdom requires can be seen in the way small children get together to form a team; they do so, firstly, by selecting a team captain.

Can Divine Wisdom be less wise?

Let’s emphasize this!

Small children do this, intuitively, in order for the group to function with the power and efficacy of a unit capable of beating opposing teams. A childish requirement.

What can be said, then, to be required in order to form a team to conquer the whole world; a conquest ordered by The Lord Himself which the apostate Vatican II Council was set up to deny?

And he said to them: Go ye into the whole world and preach the gospel to every creature. He that believeth and is baptized shall be saved: but he that believeth not shall he condemned. (Mark 16:15-16)
Going therefore, teach ye all nations: baptizing them in the name of the Father and of the Son and of the Holy Ghost. (Mat 28:19)
He that is not with me, is against me: and he that gathereth not with me, scattereth. (Mat 12:30)

How is it possible, then, that with and since the Reformation this most basic wisdom has been rejected in order to follow the XVI Century reformers?

The pope is the most basic requirement set up by Our Lord Jesus Christ for those which wish to call themselves Christians:

And Jesus answering said to him: Blessed art thou, Simon Bar-Jona: because flesh and blood hath not revealed it to thee, but my Father who is in heaven. And I say to thee: That thou art Peter; and upon this rock I will build my church, and the gates of hell shall not prevail against it. And I will give to thee the keys of the kingdom of heaven. And whatsoever thou shalt bind upon earth, it shall be bound also in heaven: and whatsoever thou shalt loose on earth, it shall be loosed also in heaven. (Mat 16:17-19)

A full delegation of authority, and a model, a paradigm for such a resounding appointment! And it couldn’t be less for the papabile of God the Father Himself!
However, this was only the setting of the stage for what came immediately afterwards, and is set forth as Divine Wisdom demanded to balance the authority first granted for all times. So when the newly named pope dares to take the initiative, instead of submitting humbly as his new role demanded to the Will of the Father, his reprimand went to the limits of a total personal rejection, an excommunication, and he was called, as he deserved, SATAN!

And Peter taking him, began to rebuke him, saying: Lord, be it far from thee, this shall not be unto thee. Who turning, said to Peter: Go behind me, Satan, thou art a scandal unto me: because thou savourest not the things that are of God, but the things that are of men. (Mat 16:22-23)

This “Stand not in front of me Satan”, presents forcefully the impossibility for the Vicar to put himself in a forward position, and to thus steal the first place and the initiative from his Master −a thing of Satan− which is the worst danger any pope can bring to Christ’s Church; and, as a consequence, the total rejection of the wrong doer left him temporarily excommunicated in the severest terms recorded.  

Not even the traitor, Judas, would receive so terrible a condemnation in Christ’s words.

This event highlights the basic need and importance of the papacy by its opposite due to its inevitable consequences. By the fundamental requirement outside of which he is no Peter, he is no pope if he chooses the sympathies and ways of men over the strict laws of God. A pope can’t be below the prophets of Old who always sided with God against the corrupt and sinful ways of men, as Christ himself exemplified and demanded:

If any man will come after me, let him deny himself, and take up his cross, and follow me. For whosoever will save his life shall lose it: and whosoever will lose his life for my sake shall find it. (Mat 16:24-25)

 A requirement that could only be filled by being as intolerant to human corruption as Christ was against the Jews, the brood of vipers (Mat 23:33), the sons of the Devil (John 8:44). His demands are no less than staggering: “Be perfect as your Father in Heaven is perfect” (Mat 5:48). So, the power and dignity of a pope leaves no chance for a middle ground: If he is no Peter then he is Satan. There is no way around this fact; and with it, the radical demand to avoid all human temptations for an aggiornamento ordered to succumb to the demands of the world: "because thou savourest not the things that are of God, but the things that are of men" is the reproach!

This is the Gospel itself, by which the complete theology of the papacy is fixed; as theology is, by definition: human intelligence applied to Scripture.  Where Scripture comes from God, and human intelligence is the weakest and always the suspect part in need of correction from Scripture itself. The strong words of the Lord to Peter are the clear and definitive judgement set upon all legitimate popes for all times, to whom it is forbidden to contradict Scripture, as Scripture has come from the Father, and which, therefore, not even the Son can change. Thus we find that inerrancy has been granted to Scripture alone, and that the pope must submit himself to be the servant and the defender of Scripture which rules forever above him. He is called to interpret it, but he cannot contradict its words.

John 10:35 If he called them gods to whom the word of God was spoken; and the scripture cannot be broken: and it would have been absurd to have said the same of Peter as the Gospel itself testifies. On answering Satan’s temptations in the desert, Our Lord requires only Scripture, the immutable Will of the Father to defeat him, thus honoring His Father also, and the same “for it is written” which is unchangeable even for Christ Himself, appears in Mat 4:6, 4:7 and 4:10.

Thus, the limit between Christ and Antichrist has been set on an irrefutable basis, and the basis is Scripture, which, coming from The Father, Christ Himself guarantees to be above popes. ─What follows is a mere abridgment:

 When therefore you shall see the abomination of desolation, which was spoken of by Daniel the prophet, standing in the holy place: he that readeth let him understand. (Mat 24:15) In other words, when Satan would take over the See of Peter at the end of times; as this was clearly confirmed at La Salette.

Unmistakably, not only legitimate popes had to be kept in order, with the Church as a whole to be vigilant on the popes fulfilling the role of the prophets of old which always took sides with God’s Law against the transgressions of sinners; but a time would come when Satan himself would rule from the Vatican and sin would no longer be condemned, nor Hell and Purgatory remembered. This complete picture, standing upon the fullness of Biblical revelation is an additional proof of La Salette being fulfilled: “Rome will apostatize from the faith to become the Seat of the Antichrist, the Church will be in eclipse.” Which is, needless to say, in perfect agreement with the Gospel above. And the Most Holy Virgin who appeared at La Salette in 1846, in the only Marian Apparition shedding unstoppable tears, because there were no longer chaste priests worthy of saying Mass, announced the horrors of chastisements and wars to come. The then secret of La Salette to be revealed in 1858, following the Gospel’s rule of the organic growth of tares with the wheat (Mat 13:24-30), would delay 100 years till 1958 when the last pope before the “abomination of desolation” would be murdered to open the papacy to Satan’s ministers which would follow in line from John XXIII until today. 

In this context, in 1870 the First Vatican Council presented the world with a Dogmatic Constitution on Papal Infallibility known as “Pastor aeternus” which would sow confusion and scandal henceforth. It must be said that due care was taken by the Council to preserve the necessary agreement of the pope’s teaching, his magisterium to Holy Scripture as can be seen from the following excerpts from numbers 5 to 6: The Roman pontiffs... defined as doctrines to be held those things which, by God's help, they knew to be in keeping with
§  sacred scripture and
§  the apostolic traditions.
For the holy Spirit was promised to the successors of Peter not so that they might, by his revelation, make known some new doctrine,
o    but that, by his assistance, they might religiously guard and faithfully expound the revelation or deposit of faith transmitted by the apostles.

These caveats would appear to be overridden in the final lines:

o    we teach and define as a divinely revealed dogma that
§  when the Roman pontiff speaks EX CATHEDRA,
§  that is, when,
1.     in the exercise of his office as shepherd and teacher of all Christians,
2.     in virtue of his supreme apostolic authority,
3.     he defines a doctrine concerning faith or morals to be held by the whole church,
§  he possesses,
§  by the divine assistance promised to him in blessed Peter,
§  that infallibility which the divine Redeemer willed his church to enjoy in defining doctrine concerning faith or morals.
§  Therefore, such definitions of the Roman pontiff are of themselves, and not by the consent of the church, irreformable.


2.     So then, should anyone, which God forbid, have the temerity to reject this definition of ours: let him be anathema.

By these conclusions he was contradicting the “Go behind me, Satan”, and in wording declaring his −the pope’s− independence from the constraints of Holy Scripture itself. The meaning is made unequivocal by the statement:

 are of themselves, and not by the consent of the church, irreformable”. A declaration of independence without precedent and for all times!

The missing part which made it objectionable, was the omission of two previous lines which were necessary to fix it as follows:

─“that infallibility which the divine Redeemer willed his church to enjoy for as long as it remained in keeping with sacred scripture and the apostolic traditions in defining doctrine concerning faith or morals”.─ Unfortunately, this was not so, and the omission was to have terrible consequences, as this independence would permit popes to destroy the Church. Even worse, to alter Christ’s Church all the way to its opposite in faith and morals as it now stands.

This “for as long as it remained” would have restored the necessary order, as the pope would be only the interpreter of an otherwise fixed, and infallible Holy Scripture, with his personal infallibility arising from fidelity to Holy Scripture itself.

It would be God Himself Who, in order to give full credence back to Holy Scripture, and to Mary Most Holy’s words at La Salette, that an immediate and unprecedented punishment would take place against Pope and Council with the revolutionary forces of the Freemasons under Garibaldi, and the ambition of king Vittorio Emanuele, empowered to assault and rob the Vatican of its remaining Papal States.
 It would be a total impoverishment, until Mussolini, on June 7, 1929, gave back the minimal Vatican territory to the previous owners of the huge Papal States which, since 754 A.D., had covered most of the modern Italian regions of Lazio which includes the city of Rome, Marche, Umbria, Romagna, and portions of Emilia; henceforth definitely lost.

It is a historical fact that the enormous land appropriation had begun with Napoleon Bonaparte in 1791, and the land theft became unstoppable proceeding with gigantic bites on the Papal States; but in 1860 this was partially reversed by the French themselves, then giving back the Lazio (which of course comprised the whole of the city of Rome) to its rightful sovereign. So, it must be admitted, Divine Providence underlined by this temporary 10-year restoration the sentence from Above, which ended with a mendicant pope barely rescued by American private donations for survival.  The Council too was forced to an abrupt, unfinished ending; and worse, if worse could be, by its signs of doom; as none of the Catholic nations offered any help for restitution or economic support, and many Italians rejoiced in having a greater Italy. La Salette itself was further credited by events fully explaining the divine reasons which were, in Our Lady’s words, that there were no longer chaste priests to officiate Holy Mass. In other words: “If you deprive the Holy Sacrifice from the dignity of worthy celebrants, God will deprive you of the dignity you have enjoyed through your worldly belongings”. The message of Our Lady made this clear by telling Maximin and Melanie of the hunger to come through the plague eating their harvests. If you repented, and turned to God by keeping Sunday holy (the Mass) and due rest, God would give you on that account your livelihood even if you didn’t work for it. This, in 1846, gave enough time for reform. Unfortunately, the malfeasants within the Church convinced pope Pius IX that priests were not as described “wells of impurity unfit to say Mass”, and the message was discarded as false. But God is not to be discarded, nor are His Judgments to be ridiculed, so the punishment proceeded to its completion in order to discredit a pope that would not discipline his clergy. Truly, God had never before shown more clearly His displeasure with His Church, and the evident reason for this discredit formally being that papal infallibility (immediately ridiculed by conservative Catholics) can be had through only one source: Holy Scripture; as otherwise a conflict between infallible sources was prone to arise as has been evident since John XXIII onwards. So, despite the caveats the whole issue was entirely misplaced by Pastor aeternus. The revolution leading to the greater punishment of the Second Vatican Council forged ahead. Who can deny God’s judgement to have spoken in agreement with Our Lady of La Salette’s prophesy on Rome becoming the seat of the Antichrist?

IT ALL BECAME AS PROPHESIED

For the mystery of iniquity already worketh: only that he (Saint Michael) who now holdeth do hold, until he be taken out of the way (By the change in the Mass by pope Paul VI which eliminated formally the prayer to St. Michael) (2Th 2:7).

 And with all deceivableness of unrighteousness in them that perish; because they received not the love of the truth, that they might be saved. And for this cause God shall send them strong delusion, that they should believe a lie (which was to be from Pastor aeternus, to Vatican Council II and its aftermath): That they all might be damned who believed not the truth, but had pleasure in unrighteousness. (2Th 2:10-12)

This strong delusion was to be grounded on the definition of infallibility. And even today most people accept whatever the pope says as if it came out of the mouth of God; as if Christ had set a papacy if not above Scripture, at least independent of Scripture, and therefore above God the Father Himself!

And the faithful have thus become poor sheep, which, no longer being in the faith, instead of revolting against this revolutionary mafia are simply abandoning the Church.

Pastor aeternus has certainly done its damage. And for a better understanding of the damage inflicted one must remember that all damages, up to criminal damages have guilt arising not only from action, but by omission. The conduct demanded from all public authorities is to promote good and to oppose evil; and to distinguish publicly and forcefully between good and evil by punishing all evil appropriately. And if this is required from every authority, the most obliged to do justice is this regard is Catholic Church. However, the revolution in the Church known as the Second Vatican Council has done the opposite, it has called truth a lie, it has imposed lies as truths, it has promoted evils and opposed the Gospel.

The consequences of this are also to be seen from prophesy to its actual fulfillment in the moral standing of popes from John XXIII all the way to pope Francis:

“And he cried mightily with a strong voice, saying, Babylon the great is fallen, is fallen, and is become the habitation of devils, and the hold of every foul spirit, and a cage of every unclean and hateful bird”. (Revelation 18:2):

This is now not only history, but actuality: Pederasty, unopposed homosexuality, pro abortionist nuns kept in communion publicly with Rome; a world fired up by pornography, Viagra, exaltation of lust in all its forms; and even the cult of Satan confirm all this for our days. Can you see where the “infallibility in faith and morals” has left the Church with popes from John XXIII onward, omitting their duty to discipline adequately their clerical ranks, and the total darkness we would be in as a result, were it not for the manifest displeasure of the Almighty God, the clarity of prophesy, and the Gospel on the subject?


Prophesy Fulfilled

The future has been revealed by prophesy; but once prophesy has been fulfilled it becomes history, and history can be traced with precision. The suspects of plotting against Christianity were, without doubt, the rabbis; as the objective of the Council was not only to change the Church, but to recognize Judaism as a religion on equal standing with Christianity; and worse still, to free them from the charges of deicide. This contradicts the Gospel on both counts, firstly, as the only way to deny deicide is to deny Christ’s divinity and human nature; and the fact the Jews were not recognized by the Lord as Jews, due to their having abandoned the teachings of Moses; so, if the Jews were no longer Jews, but apostates at the times of Jesus, how could a Church Council turn them into Jews centuries later?

From a Christian perspective, the very existence of the Jews could only be justified by Christ being born from the tribe of Judah, as He was; and with the only justification for them to continue to exist could only be as followers of His, no longer Jews but Christians, with Him as their only Messiah and following Him into His Church.
As we know from history, however, just a few thousand Jews followed him and thus became His disciples, His apostles, His priests and evangelizers; while the rest fought His Very Name seeking always to bring all of His followers to death on charges of idolatry.

It is in itself ridiculous for the Church to say Christ was a Jew in the sense of actual Jews, and even in the sense of the Jews of His time on earth. Firstly, because God is too great to confine Him to a single people; and this, worse still, to the people He rejected and which rejected Him to the extreme of crucifying Him. Christ’s total rejection of the Jews is the message of the Gospel itself. It can be read to the most minute detail without finding a word of compliment towards the Jews. In the same way, the Gospel can be read without finding a single negative comment against the Romans, and the Romans were the invaders. He condemned the Jews to the loss of God’s favor: Therefore I say to you that the kingdom of God shall be taken from you and shall be given to a nation yielding the fruits thereof. (Mat 21:43), and condemned them to death as a nation: “But as for those my enemies, who would not have me reign over them, bring them hither and kill them before me”. (Luke 19:27) But when the king had heard of it, he was angry: and sending his armies, he destroyed those murderers and burnt their city. (Mat 22:7) 
His Godly Judgement upon them as a brood of vipers (Gen 3:15); Whited sepulchers (Mat 23:27); And sons of the Devil (John 8:44), follow in Revelation 2:9, and 3:9 in which Christ denies them the right to call themselves Jews; and damns them from a religious standpoint together with Satan and for all times: I know thy tribulation and thy poverty: but thou art rich. And thou art blasphemed by them that say they are Jews and are not, but are the synagogue of Satan. (Rev 2:9) The nation named by the Lord to receive the kingdom of God were to be the Romans, and His armies were the armies of Rome which, in the three Judeo-Roman Wars would literally wipe them out of existence with the exception of a small remnant as the Talmud itself testifies in Gittin 57b. This remnant would survive to pass on the book of the “Synagogue of Satan” as the Bible states to the Khazars, a Turkish and very powerful nation living in the seventh to tenth century to the north, and in between the Black and the Caspian seas. This powerful nation took to the Talmud and its diabolical content converting to Talmudic Judaism, and represents according to Koestler 95% of actual Jews, a fact currently denied by them that plan to rule the world from the Vatican with Satan’s Talmud of Babylon. This book can be downloaded from www.comeandhear.com a book which, of course, due to its demonic content is not even mentioned by the Fathers of the Second Vatican Council, as the rabbinical plot would have been made impossible.

After setting the historical aspects straight, we can return to the Apocalypse to complete the picture with the Bible. The Apocalyptic times we are living cover basically from chapter XVII onward, in which the Great Harlot of Babylon is described, for such name fits precisely the above mentioned book, and these chapters also describe with utmost precision its spirit. In other words, it could be said that this book, which presents a spirit which is precisely the opposite of the Bible in every respect, deserves to be called Satan’s book with the same precision the Holy Bible deserves to be called the book of the Holy Ghost. Therefore, we cannot be realistic without knowing both, as all human reality from Holiness to Satanism necessarily lie in between: all lights and all darkness, all doctrines, all cults, all political creeds, all superstitions. Everything that is not morally  in them must necessarily be between them. It is like having directly from the Garden of Eden both: The Tree of Life, and the Tree of Knowledge of Evil from which, having chosen to live, humanity must drink from its cup to the dregs. A terrible, but undoubtedly an apocalyptic destiny.

From Chapter XIII we have the description of the satanic popes: “And I beheld another beast coming up out of the earth; and he had two horns like a lamb, and he spoke as a dragon”. A representative of the Lamb, a pope, which “because there is no truth in him. When he speaks a lie, he speaks of his own: for he is a liar, and the father of it. (John 8:44)”.

And it was given him to give life to the image of the beast: and that the image of the beast should speak: and should cause that whosoever will not adore the image of the beast should be slain. And he shall make all, both little and great, rich and poor, freemen and bondmen, to have a character in their right hand or on their foreheads:  And that no man might buy or sell, but he that hath the character, or the name of the beast, or the number of his name. Here is wisdom. He that hath understanding, let him count the number of the beast. For it is the number of a man: and the number of him is six hundred sixty-six. (Rev 13:15-18) 666 is the result of the addition, and what is being added is lines, six of them. An hexagon’s sides, and six triangles which make up the “Star of David,” where obviously David is the man. Different geometrical shapes are needed to separate units from tens, and from hundreds. Remember that our Arab positional characters would not be known in Europe until the fourteenth century.

As to the first beast with seven heads of Chapter XIII, one of which, after having a mortal wound was healed, we'll see why this fits the State of Israel; as it was razed by the Roman armies by 135 A.D.; and reappeared in 1948 by decree of the United Nations. This is thus a confirmed fact, as the Star of David is its national flag. But furthermore, there is the mighty image which time has revealed as the Internet, having the power described. It is like the umbilical cord in the unborn to the world's economy, commerce and finance. A false god whose power is as close an imitation of God's power as can be humanly constructed. By sheer comfort and convenience, everyone is falling into the web of this Spider of Sionism. By simply restricting access to those which will not comply to the request of accepting its seal as it is forewarned, death by total destitution and hunger awaits:

"And the third angel followed them, saying with a loud voice: If any man shall adore the beast and his image and receive his character in his forehead or in his hand, he also shall drink of the wine of the wrath of God, which is mingled with pure wine in the cup of his wrath: and shall be tormented with fire and brimstone in the sight of the holy angels and in the sight of the Lamb. And the smoke of their torments, shall ascend up for ever and ever: neither have they rest day nor night, who have adored the beast and his image and whoever receiveth the character of his name. Here is the patience of the saints, who keep the commandments of God and the faith of Jesus"(Rev 14:9-12) 

 Who can doubt the precision of the Bible, or the significance of the moment in which all is being deciphered?

 We call in Christ's Name unto Michael the Archangel to devastate Satan’s forces:

Who is like unto God!