El rabino Gershom Scholem (1897- 1982 ), filólogo, historiador y teólogo israelí, figura destacada dentro y fuera del judaísmo, y que fuera unánimemente considerado como el más importante especialista mundial en la mística judía (cábala), dejó una anécdota rabínica en su obra "The Messianic Idea in Judaism" que nos dice mucho respecto a las ambiciones judías de reinar sobre el mundo mesiánicamente desde el Vaticano. Ambición que, al verse coronada con el cónclave de 1958, pusiera en el trono pontificio a la serie de papas judaizantes que gobiernan en conformidad con el concilio Vaticano II y la doctrina explicitada por Juan Pablo II en Asís 86. Dice Scholem:
Castel Sant' Angelo y el puente |
Israel speaks to God: When will you redeem us? He answers: When you have sunk to the lowest level, at that time I will redeem you. Corre- sponding to this continually present possibility is the concept of the Messiah who continually waits in hiding. It has taken many forms, though admittedly none more grand than that which, with extravagant anticipation, has transplanted the Messiah to the gates of Rome, where he dwells among the lepers and beggars of the Eternal City. This truly staggering "rabbinic fable" stems from the second century, long before the Rome which has just destroyed the Temple and driven Israel into exile itself becomes the seat of the Vicar of Christ and of a Church seeking dominion by its claim to Messianic fulfillment. This symbolic antithesis between the true Messiah sitting at the gates of Rome and the head of Christendom, who reigns there, accompanies Jewish Messianic thought through the centuries. And more than once we learn that Messianic aspirants have made a pilgrimage to Rome in order to sit by the bridge in front of the Castel Sant' Angelo and thus enact this symbolic ritual. (Israel se dirige a Dios: ¿Cuándo vas a redimirnos? Dios responde: cuando hayáis caído hasta lo más bajo, entonces os redimiré. Correspondiendo a esta posibilidad siempre presente, está el concepto del mesías en oculta espera. Esto ha tomado diversas formas, aunque ninguna es admitidamente más grandiosa que, la que con extravagante anticipación, ha trasplantado al mesías a las puertas de Roma en donde habita entre los leprosos y pordioseros de la gran ciudad. Esta "fábula rabínica" verdaderamente impresionante tiene sus orígenes en el siglo segundo, mucho antes de que la Roma que acababa de destruir el Templo y arrojado a Israel hacia el exilio se convirtiera en la sede del Vicario de Cristo exigiendo el dominio conforme a sus derechos mesiánicos. Esta antítesis simbólica entre el verdadero mesías sentándose a las puertas de Roma, y el Vicario de Cristo allí reinante, acompaña al pensamiento mesiánico judío a través de los siglos. Y más de una vez hemos tenido noticias de aspirantes a mesías que han hecho la peregrinación a Roma para sentarse junto al puente frente al Castel Sant' Angelo para llevar a cabo este ritual simbólico.)