Nosotros hablamos con absoluta certeza del triunfo universal de Jesucristo como único Rey y Señor del universo y de la historia. Precisamente aquello que el Concilio Vaticano II llegó para negar y combatir. Esta certeza nuestra conlleva, dentro de la guerra a muerte entre los discípulos de los tres libros, como ha sido hecho manifiesto a través de la historia, el triunfo de la Biblia sobre el Talmud y el Corán. Triunfo de la verdadera Iglesia (hoy eclipsada) sobre el rabinato y el Islam. El triunfo definitivo y final del único Rey: Jesucristo, de su Escritura Sagrada (La Biblia), y de su Iglesia hoy eclipsada pero expectante de Su venida al juicio de vivos para su liberación de las garras del Demonio.
Un solo dato es el necesario
Que es, además, de sobra evidente como constante histórica: todo poder ejecutivo es unipersonal. Todas las cúpulas, de todas las organizaciones, de todos los tiempos y en todos los órdenes tienen un jefe para cada una, y una multitud en la base de cada pirámide. Y esto no solo en un corte transversal del tiempo, sino también en los orígenes cuya antigüedad es una prueba de su vigor. Así, los judíos tuvieron a Moisés por quién Israel recibió la Ley a la que Jesús de Nazaret vino a dar su plenitud, su jurisprudencia definitiva; y con su vida, pasión, muerte, y resurrección, los sacramentos de la vida divina; y por consiguiente, eterna.
La Clave
La forma de poblar las cúpulas nos habla de la Sabiduría Divina. Una de las frases que condecoraban a la Cristiandad desde sus orígenes, era su forma de distinguirse de costumbres inferiores: "Es preferible asemejarse a los ángeles del cielo que a las bestias del campo". Asunto este para ser atacado por los usurpadores de la sinagoga hasta la fiereza misma de la pederastia. Pederastia que el Talmud de los rabinos no solo autoriza, sino que hasta reglamenta, y que Juan Pablo II tutelaba y protegía; motivo de renovado escándalo bajo Benedicto XVI vs. el gobierno de Irlanda.
La Iglesia Católica, la verdadera, la pre conciliar contrapuesta en todo a la Conciliar exaltaba siempre la pureza, la virginidad, y la castidad. Estas son las virtudes de la Sagrada Familia repetidas católicamente, y exclusivamente de manera católica a través de milenios. Esta exclusividad la manifiesta el Evangelio precisamente en el sentido selectivo: "Los discípulos Le dijeron: "Si así es la relación del hombre con su mujer, no conviene casarse." Jesús les dijo: "No todos pueden aceptar este precepto, sino sólo aquéllos a quienes les ha sido dado. "Porque hay eunucos que nacieron así desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y también hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte." (Mat 19:10-12)
Este es EL FUNDAMENTO, y corre paralelamente desde el Evangelio hasta el Apocalipsis:
"Y cantaban un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos. Nadie podía aprender el cántico, sino los 144,000 que habían sido rescatados de la tierra. Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha". (Apoc 14:3-5)
Como podemos apreciar por lo ya visto, transferir la Iglesia entera del extremo propio de la santidad a su satánico opuesto; de su Biblia al Talmud de Babilonia, era tan sencillo como demostrara Montini imitando a Judas Iscariote en el puesto preciso. Resultando: La Iglesia visible pasó, como fue anunciado, de las manos de Dios a las del Diablo, temporalmente, y de Alighiero Tondi a las de Jorge Mario Bergoglio, ambos falsos jesuitas, ¿para culminar las matanzas bajo el comunismo? Esto anuncia el Apocalipsis: "Después de esto miré, y vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos (. . . .) Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado en el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, ni el sol los abatirá, ni calor alguno, pues el Cordero en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos". (Apocalipsis 7: 9-17) Las matanzas han estado ante los ojos de todos por las fuerzas de la Sinagoga de Satanás (Apoc 2:9 y 3:9); las conocidas como socialistas, comunistas, y masónicas; las promotoras de genocidios por abortos, guerras, y persecuciones.
La entrega de la Iglesia a Satanás la razona san Pablo: entregad a ese tal a Satanás para la destrucción de su carne, a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (I Corintios 5:5) El Diablo desempeña un papel, ya que como dice San Agustín: "Todo ocurre (y existe) para bien de aquellos que aman a Dios. Hasta el pecado, hasta el Diablo para vencerlo". Y que los tontos sigan haciendo cuernitos.
Y tan obvio resulta todo lo anterior, que lo primero que quisieron borrar de la Sagrada Escritura los que trazaban planes desde antiguo para tomar las cúpulas acreditándose para gobernar el mundo, que lo primero a lo que apelaron los revolucionarios judíos que se hicieron pasar por reformadores protestantes fue tachar de falsos a libros enteros de la Biblia. Podemos poner especial énfasis al tema que nos ocupa en párrafos como el que sigue del libro de Tobías, en el que Tobit, temeroso de tomar a Sara, hija de Ragüel por esposa ya que había quedado siete veces viuda por la acción del demonio Asmodeo que impedía su unión carnal, que temiendo correr igual suerte en su noche de bodas pide consejo a San Rafael. Consejo que vale la pena transcribir desde el latín original de la Vulgata de San Jerónimo, al igual que su versión al inglés y al español:
"tunc angelus Rafahel dixit ei audi me et ostendam tibi qui sunt quibus praevalere potest daemonium hii namque qui coniugium ita suscipiunt ut Deum a se sua mente excludant et suae libidini ita vacent sicut equus et mulus in quibus non est intellectus habet potestatem daemonium super eos tu autem cum acceperis eam ingressus cubiculum per tres dies continens esto ab ea et nihil aliud nisi orationibus vacabis cum ea ipsa autem nocte incenso iecore piscis fugabitur daemonium secunda vero nocte in copulatione sanctorum patriarcharum admitteris tertia autem nocte benedictione consequeris ut filii ex vobis incolomes procreentur transacta autem tertia nocte accipies virginem cum timore Domini amore filiorum magis quam libidinis ductus ut in semine Abrahae benedictionem in filiis consequaris"
En inglés, versión Douay–Rheims :
" Then the angel Raphael said to him: Hear me, and I will shew thee who they are, over whom the devil can prevail. For they who in such manner receive matrimony, as to shut out God from themselves, and from their mind, and to give themselves to their lust, as the horse and mule, which have not understanding, over them the devil hath power. But thou when thou shalt take her, go into the chamber, and for three days keep thyself continent from her, and give thyself to nothing else but to prayers with her. And on that night lay the liver of the fish on the fire, and the devil shall be driven away. But the second night thou shalt be admitted into the society of the holy Patriarchs. And the third night thou shalt obtain a blessing that sound children may be born of you. And when the third night is past, thou shalt take the virgin with the fear of the Lord, moved rather for love of children than for lust, that in the seed of Abraham thou mayst obtain a blessing in children".
En español:
"Dijo entonces el ángel Rafael a Tobit: Te diré sobre quienes tiene poder el demonio; sobre aquellos que de tal manera abrazan el matrimonio que excluyen a Dios de sus mentes y de sí mismos para entregarse a la lujuria como el caballo y la mula que están carentes de entendimiento. Sobre estos tiene poder el demonio. Tu, en cambio, tomarás a tu mujer, entrarás con ella en la habitación, y por tres días guardarás continencia, y ambos os daréis exclusivamente a la oración. Y en esa noche pondrás el hígado del pescado en el fuego para alejar al demonio. Así, para la segunda noche serás admitido en sociedad con los santos patriarcas. Y así, en la tercera noche obtendrás la bendición para que hijos incolumes nazcan de ti. Y pasada la tercera noche, tomarás a la doncella con santo temor de Dios, movido más por amor a tu descendencia que por la pasión, para que como descendencia de Abraham obtengas la bendición en los hijos. (Tobías 6:16-22)
¿Quién dice que no existía un espíritu de castidad imperativo desde el Antiguo Testamento? La sexualidad, fuente de vida humana retoma en estos párrafos su carácter sagrado y sirve de introducción básica para mejor entender el orden sacerdotal de la Iglesia de Roma.
La mona de Dios es el Diablo
El ridículo que vemos hacer a los monos en el zoológico tratando de imitar al hombre, sin posibilidad alguna de igualarle provocando con ello carcajadas, ha dado lugar a que
tradicionalmente se hable del Demonio, el proverbial aspirante a que se le tome por Dios, y se le adore, como "la mona de Dios". Mucho más lejos se encuentra el Diablo de lograrlo que los changos, y es mucho menos divertido que los primates pobladores de las selvas y las jaulas. Pero a falta de primates se ha apoderado el Maligno de unos miles de primados como consta por el Concilio en sus pretensiones documentadas; y como para muestra basta con un botón, exedámonos presentando como referencia un documento: Gravissimum educationis, documento del Vaticano II sobre la forma de educar a las futuras generaciones de la Iglesia, documento que evita tres palabras fundamentales hasta entonces: Virginidad, pureza, y castidad.
No es necesaria, por tanto, especulación alguna estando como está, a la vista y alcance de todos el Talmud de Babilonia (en inglés) haga clic aquí: El Talmud de Babilonia, y siendo tan fácil de localizar la documentación del Concilio.
Pero el descarte de talmúdicos y coránicos era tan obvio como la imposibilidad de llenar, con un criterio único y uniforme las cúpulas, dejando fuera a los que prefieren asemejarse a las bestias del campo en un mundo dominado por la pornografía, por la impotencia de los presidentes de las universidades americanas de frenar las violaciones de las chicas universitarias; del incremento de feticidios, del armamentismo casi universal, y del desarme mental, moral y emocional para socavar, totalmente, la imagen de Dios en el hombre.
¿Se puede requerir acaso mayor justificación para el diluvio de fuego?
"Porque viene el día, ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen el mal serán como paja; y el día que va a venir les prenderá fuego," dice el SEÑOR de los ejércitos "que no les dejará ni raíz ni rama" (Malaquías 4:1).
La razón del primer diluvio aparece en el capítulo sexto del Génesis, y concuerda con las razones de la Santísima Virgen en La Salette para el castigo de la Iglesia y del mundo. No hay razón alguna, por tanto, para no creerlas como idénticas para el diluvio de fuego. Los sacerdotes son los hijos de Dios por excelencia, de manera que, después de decir que los ha sacado, separado del mundo, y que el mundo los perseguirá porque no son del mundo, se dirige al Padre: "Te ruego por ellos. No te ruego por el mundo, sino por los que Tu me has dado" (Juan 17:9). "Ya no hay quien pueda ofrecer dignamente la Misa, los sacerdotes se han convertido en pozos de impureza" dijo la Virgen en La Salette. Veamos ahora como procede el juicio previo al Diluvio en Génesis: "Y viendo los Hijos de Dios que las hijas de los hombres eran seductoras, tomaron de entre ellas como mujeres a las que quisieron (. . . .) Y dijo Dios: No permanecerá mi Espíritu con el hombre para siempre pues es carnal (. . . .) Y viendo Dios que la maldad del hombre sobre la tierra era grande se arrepintió de haberlo creado, y con dolor de corazón dijo: Voy a destruir al hombre." (Génesis 6:2-7)
Vemos como se repite la historia
Por Eva que elige reproducirse como los animales y seduce a Adán el hombre deja de ser perfecto: ya no es obra directa de Dios, sino fruto de un mecanismo de reproducción animal. Las consecuencias son el mal que rige en el mundo conforme al plan del Diablo. Los Hijos de Dios se dejan seducir por las mujeres, y el mal llega a extremos que exigen su destrucción. Solo con Noe continúa el género humano, pero las hijas de Lot emborrachan a su padre para tener hijos con él. De este incesto procede la raza maldita de Canán. Los sacerdotes católicos --como atestigua la Virgen en La Salette-- se ruedan por el mismo camino del sexo, anunciando así la abominación de la desolación en el Lugar Santo; la apostasía de Roma convertida en la sede del Anticristo formalizada con Vaticano II. Todo el mal procede del abestiamiento humano. Dios, el Infinitamente Fecundo es, obviamente, virgen. Este mundo, regido por la lujuria del pansexualismo exacerbado por los medios tiende a extinguir toda fecundidad reproductiva, al igual que la fecundidad de la mente humana como vemos y enfatizaremos. Y el fin de lo humano no se refiere solo al hecho de que cada vez hay más defunciones que nacimientos, sino al aumento en degradaciones y abestiamientos que se promueven abiertamente. Quedarán solo 144000 sacerdotes vírgenes según el Apocalipsis para dar la batalla al final de los tiempos.
Entendamos y comparemos
La clave que nos deja el Apocalipsis al hablar de estos 144000 es que: En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha". (Apoc 14:5) Todo gira alrededor de la verdad. Satanás previó que la intensidad del placer sexual que rige el mundo animal llegaría a ser una idolatría que lo entronizaría a él, príncipe de este mundo y de la mentira, y por consiguiente dueño de políticos y medios de información. Le era obvio, ya que como afirma una vidente del Paraíso "al cometer el pecado, Adán y Eva que resplandecían de luz quedaron opacos, y los animales les dieron la espalda". Sin luz interior, el hombre para seducir a la mujer apelaría a los engaños, y ella encantada los aceptaría, y vice versa cuantas veces fuera necesario a la satisfacción animal. La lucha entre el dominio de la razón sobre lo placentero dividiría a la humanidad con la fuerza de lo sobrenatural: "Enemistad pondré entre ti y la mujer --dijo Dios a Satanás-- y entre tu descendencia y la suya, y ella te pisará la cabeza mientras asechas para morder su talón". (Génesis 3:15) No era justo negarle la descendencia que buscaba al que se había arrojado de cabeza en el Infierno por toda la eternidad --el albur del Diablo-- con tal de ganársela.
Pero la culminación, idolatrar el placer sexual al grado de sacrificar la grandeza de un hijo a cinco minutos de placer, igualando así ambas cosas, es peor que muerte cerebral, es aceptar ser imbécil sin límite y con todas sus consecuencias, hasta las más imprevistas. Es el desorden que anuncia los extremos más hondos de la anarquía, y justifica, al generalizarse, la violencia de una guerra nuclear. Es, en resumen, la marca del embrutecimiento global.
¡Porque La Cruz fue rechazada!
Pero la verdad como norma, contrapuesta a la mentira como norma por razones de estrategia; o sea la Biblia con la Iglesia preconciliar contra la Sinagoga de Satanás con su Talmud y su Concilio Vaticano Segundo señalan los caminos opuestos a la humanidad entera.
La mona de Dios es el Diablo
El ridículo que vemos hacer a los monos en el zoológico tratando de imitar al hombre, sin posibilidad alguna de igualarle provocando con ello carcajadas, ha dado lugar a que
tradicionalmente se hable del Demonio, el proverbial aspirante a que se le tome por Dios, y se le adore, como "la mona de Dios". Mucho más lejos se encuentra el Diablo de lograrlo que los changos, y es mucho menos divertido que los primates pobladores de las selvas y las jaulas. Pero a falta de primates se ha apoderado el Maligno de unos miles de primados como consta por el Concilio en sus pretensiones documentadas; y como para muestra basta con un botón, exedámonos presentando como referencia un documento: Gravissimum educationis, documento del Vaticano II sobre la forma de educar a las futuras generaciones de la Iglesia, documento que evita tres palabras fundamentales hasta entonces: Virginidad, pureza, y castidad.
No es necesaria, por tanto, especulación alguna estando como está, a la vista y alcance de todos el Talmud de Babilonia (en inglés) haga clic aquí: El Talmud de Babilonia, y siendo tan fácil de localizar la documentación del Concilio.
Pero el descarte de talmúdicos y coránicos era tan obvio como la imposibilidad de llenar, con un criterio único y uniforme las cúpulas, dejando fuera a los que prefieren asemejarse a las bestias del campo en un mundo dominado por la pornografía, por la impotencia de los presidentes de las universidades americanas de frenar las violaciones de las chicas universitarias; del incremento de feticidios, del armamentismo casi universal, y del desarme mental, moral y emocional para socavar, totalmente, la imagen de Dios en el hombre.
¿Se puede requerir acaso mayor justificación para el diluvio de fuego?
"Porque viene el día, ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen el mal serán como paja; y el día que va a venir les prenderá fuego," dice el SEÑOR de los ejércitos "que no les dejará ni raíz ni rama" (Malaquías 4:1).
Vemos como se repite la historia
Por Eva que elige reproducirse como los animales y seduce a Adán el hombre deja de ser perfecto: ya no es obra directa de Dios, sino fruto de un mecanismo de reproducción animal. Las consecuencias son el mal que rige en el mundo conforme al plan del Diablo. Los Hijos de Dios se dejan seducir por las mujeres, y el mal llega a extremos que exigen su destrucción. Solo con Noe continúa el género humano, pero las hijas de Lot emborrachan a su padre para tener hijos con él. De este incesto procede la raza maldita de Canán. Los sacerdotes católicos --como atestigua la Virgen en La Salette-- se ruedan por el mismo camino del sexo, anunciando así la abominación de la desolación en el Lugar Santo; la apostasía de Roma convertida en la sede del Anticristo formalizada con Vaticano II. Todo el mal procede del abestiamiento humano. Dios, el Infinitamente Fecundo es, obviamente, virgen. Este mundo, regido por la lujuria del pansexualismo exacerbado por los medios tiende a extinguir toda fecundidad reproductiva, al igual que la fecundidad de la mente humana como vemos y enfatizaremos. Y el fin de lo humano no se refiere solo al hecho de que cada vez hay más defunciones que nacimientos, sino al aumento en degradaciones y abestiamientos que se promueven abiertamente. Quedarán solo 144000 sacerdotes vírgenes según el Apocalipsis para dar la batalla al final de los tiempos.
Entendamos y comparemos
La clave que nos deja el Apocalipsis al hablar de estos 144000 es que: En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha". (Apoc 14:5) Todo gira alrededor de la verdad. Satanás previó que la intensidad del placer sexual que rige el mundo animal llegaría a ser una idolatría que lo entronizaría a él, príncipe de este mundo y de la mentira, y por consiguiente dueño de políticos y medios de información. Le era obvio, ya que como afirma una vidente del Paraíso "al cometer el pecado, Adán y Eva que resplandecían de luz quedaron opacos, y los animales les dieron la espalda". Sin luz interior, el hombre para seducir a la mujer apelaría a los engaños, y ella encantada los aceptaría, y vice versa cuantas veces fuera necesario a la satisfacción animal. La lucha entre el dominio de la razón sobre lo placentero dividiría a la humanidad con la fuerza de lo sobrenatural: "Enemistad pondré entre ti y la mujer --dijo Dios a Satanás-- y entre tu descendencia y la suya, y ella te pisará la cabeza mientras asechas para morder su talón". (Génesis 3:15) No era justo negarle la descendencia que buscaba al que se había arrojado de cabeza en el Infierno por toda la eternidad --el albur del Diablo-- con tal de ganársela.
Pero la culminación, idolatrar el placer sexual al grado de sacrificar la grandeza de un hijo a cinco minutos de placer, igualando así ambas cosas, es peor que muerte cerebral, es aceptar ser imbécil sin límite y con todas sus consecuencias, hasta las más imprevistas. Es el desorden que anuncia los extremos más hondos de la anarquía, y justifica, al generalizarse, la violencia de una guerra nuclear. Es, en resumen, la marca del embrutecimiento global.
¡Porque La Cruz fue rechazada!
Pero la verdad como norma, contrapuesta a la mentira como norma por razones de estrategia; o sea la Biblia con la Iglesia preconciliar contra la Sinagoga de Satanás con su Talmud y su Concilio Vaticano Segundo señalan los caminos opuestos a la humanidad entera.