miércoles, 23 de octubre de 2013

El Embrutecimiento Global y el Vaticano. Capítulo III. ¡MANIQUEOS!


El desarrollo histórico del problema del mal 
San Agustín (354-430)
Y cuando Agustín cayó en cuenta de que el mal no era algo concreto, sino una falta o carencia en ese algo, su ausencia; supo entonces, entendió, que Uno solo era el Creador de todas las cosas.

Y la ciencia moderna comprueba lo que concluyó San Agustín hace 1500 años.  Agustín, el africano de Hipona; el que fuera el más brillante de los maniqueos, el que una vez converso pasó a ser el más grande de los teólogos católicos concuerda con la ciencia moderna: Uno solo es el conjunto de leyes que gobierna el universo entero como corresponde a un solo Legislador. De las galaxias más cercanas, hasta las más lejanas, y de uno a otro confín son los mismos átomos, con idénticos componentes como corresponde a los únicos planos de un solo Creador. Es igualmente notable que se trata de la misma tabla de los elementos como corresponde a un mismo organizador.

Ejemplificando: La falta de cultura es un mal, pero la ignorancia no es algo que pueda ser creado. La ceguera, la sordera, la miseria, etc., no son creaciones aunque puedan ser sustracciones; y si alguien se roba su dinero es un ladrón, no un creador de miseria; su dinero se trasladó, ni siquiera desapareció. No es posible, por tanto, reconocerle el poder exclusivo y excluyente del Creador de la Luz al que apagó la luz, ni por muy diablo que sea, ni por los muchos cuernos con que se saluden entre si y se exhiban sus partidarios.

Lo que vienen a demostrar el Diablo y sus partidarios a través de la historia con su voluntad destructiva es un desorden --sustracción del orden-- con la cual perjudican perjudicándose, como hacen los que anteponen el placer a la vida de un hijo por el aborto, anticonceptivos,  y demás degeneraciones sexuales. Su renuncia a la dignidad y grandeza de hijos de Dios para serlo del Diablo, por sus bienes mal habidos, cuya ganancia será siempre inferior al dolor de las víctimas resultando en un faltante en las cuentas finales de La Creación. Esto, por supuesto, a su cargo para el juicio final. En consecuencia, como operarios de la iniquidad, nihilistas, ya solo pueden reencontrarse, y reconocerse, como árboles secos dado el odio que vence y domina siempre en los infructuosos. 

Y como ejemplo del embrutecimiento resultante, con la consiguiente degradación espiritual y moral quedó ante el mundo el sonsonete "interrupción del embarazo;" repetido de manera única, y machaconamente durante meses, sin oposición ni alternativa alguna en las audiencias públicas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en México, año de 2008, para legalizar el aborto. Siguiendo las mismas normas embrutecedoras --normatividad del derecho-- que lo atropellen a usted quedaría en abolladura de salpicadera. Que el guardafangos pueda tragarse toda la importancia de la víctima, aunque cobre cien veces más la funeraria que el taller mecánico es clara prueba del satánico plan para embrutecer al hombre propio del judaísmo con su Talmud. Véase: El Plan del Diablo en su Libro

El maniqueísmo es lo connatural a la "Sinagoga de Satanás" (Apoc 2:9 y 3:9)

Y este es su signo
Medalla masónica
















El Pecado Original lo fue de maniqueísmo, 

y Eva fue la primera maniquea
Maní y el maniqueísmo
Nótese la cruz de cabeza















Si las sierpes hablaran, no habría habido pecado.
Dice Génesis: Era la serpiente el animal más astuto de todos cuantos animales había hecho el Señor Dios sobre la tierra. Y dijo a la mujer: ¿Por qué motivo os ha mandado Dios que no comieseis de todos los árboles del paraíso?  (Gen 3:1)

Constatamos que Génesis es perfecto, ya que si las serpientes hablaran no habría habido pecado. Si las serpientes hablaran, la reina del Jardín del Edén habría mandado a la víbora por un tubo con un: ¿Quién te crees tú, viniendo a darme consejos a mí, presuntuoso animal? Como que la reina del Jardín del Edén no iba a tomar a un bicho por guía, ¡y menos para hacerle caso! Pero Eva era perfectamente consciente de que las víboras no hablan, por consiguiente, era consciente de hallarse ante un ser extraño al Jardín, ante un invasor con desplante tal como para atreverse a enfrentarse con el mismo Dios y tildarlo de embustero. Algo muy por encima no sólo del reino animal, sino de todo lo que Eva había conocido hasta entonces, y con suficiente poder como para tomar una víbora como disfraz. Era, al caso que se presenta, el más astuto de los animales al hallarse de momento poseído por el Diablo. Y caigamos en cuenta, por tanto, que lo que pretende el tercer capítulo de Génesis es, precisamente, hacernos conscientes no sólo del Pecado Original, sino también de la gravedad insuperable de dicho pecado.

 Sigue el diálogo:

"A lo cual respondió la mujer: Del fruto de los árboles, que hay en el paraíso, sí comemos; mas del fruto de aquel árbol que está en medio del paraíso, nos mandó Dios que no comiésemos, ni le tocásemos siquiera, para que no muramos.


"Dijo entonces la serpiente a la mujer: Oh, ¡ciertamente que no moriréis! Sabe, Dios que en cualquier tiempo que comiereis de él, se abrirán vuestros ojos y seréis como dioses, conocedores de todo, del bien y del mal”. (Gen 3:2-5)"

El mínimo de prudencia y gratitud debió llevar a Eva a consultar con Dios sobre el intruso, lo que también la habría puesto a salvo. Pero el golpe de audacia del seductor la obligaba de entrada a elegir a quien tomaría por veraz, y por consiguiente, por guía. Consultar con Dios era el equivalente, para Eva, a alertar a Dios. Esto es lo que obligaba a Eva a elegir sin consultar; y su decisión; decisión avalada después por Adán, tendría consecuencias tales que no sólo cambiarían el destino, sino la naturaleza misma del género humano. La mordida al fruto prohibido la recuerda San Juan: Si decimos: «No hemos pecado», le hacemos mentiroso y su Palabra no está en nosotros (I Juan 1:10). No solo hicieron Adán y Eva de Dios un mentiroso, sino que al único que no puede decir verdad, porque no hay verdad en él (Juan 8:44), ¡le dieron el lugar de Dios, de El Veraz! De ese tamaño fue la traición. De esa magnitud la idolatría, la blasfemia. ¡Así fue de monumental la perrada contra Dios cometida!

  Manes daría su nombre a la credulidad de Eva
Pirata, sin duda, el autor del maniqueísmo iba a tomar de este pasaje su doctrina. La Patrística se limitaría a decir que el Demonio pretendió hacerse igual a Dios. Pero el Pecado Original fue precisamente ese: Eva lo aceptó como igual a Dios para darle crédito, Manes (Persia 215-276 -- llamado también Mani) le siguió la pauta. La imbecilidad propia del hecho seguiría esa línea, superándose en idiotez doctrina tras doctrina, hasta la cúspide de nuestros días. 

La idea de dos creadores en pugna, un Creador del bien, y un creador del mal, iba a resultar pegajosa y casi imposible de erradicar durante siglos. ¡Parecían ambas fuerzas tan equilibradas! Pasarían casi 100 años antes de que alguien pudiera refutar de manera contundente a Manes; e iba a ser uno de sus seguidores, San Agustín: "Y cuando Agustín cayó en cuenta de que el mal solo es carencia de bien, se dio cuenta de que sólo había un Creador a Quien era debida la existencia de todas las cosas".   

 Es embrutecedor creer que hay un creador de la oscuridad para atribuirle poderes divinos al que apagó la luz. Pero este tipo de error no es un error aislado, sino generador, y por consiguiente embrutecedor sin límites: Repetimos:  La ceguera es falta de la vista, la sordera del oído, la miseria de dinero, la incultura de cultura etc. Y el error que obliga a tomar al que apagó la luz y al que dejó a otro en la miseria como creadores de las tinieblas y de la pobreza, y por consiguiente como competidores del único Creador de todos los bienes, es un error dinámico, destructor de la inteligencia. Lo mismo se da con todas las carencias como en los males que proceden del desorden (falta de orden) como preferir la borrachera a la sobriedad. Pero ni siquiera los cerveceros han tenido la ocurrencia de hacerse adorar por crear borrachos. El Diablo siempre ha tenido perdida la partida. 

Aquí tenemos ya el plan del homicida
Lo original de Manes como inventor de la doctrina de los dos principios y los tres movimientos sería ese apéndice: el de los tres movimientos que son su secuela. Afirmaba Manes en su dualismo que el espíritu era bueno, y la materia mala. Que el hombre había sido creado espíritu, y por sus pecados, como castigo, había sido hundido en la materia de la que requería ser liberado.

 Lo que esto ha significado históricamente ha sido atroz. Los Albigenses en el sur de Francia fueron maniqueos. Para ellos una mujer encinta era obra del diablo, y en consecuencia los homosexuales se promocionaban como virtuosos. Todo homicidio era tan santo por liberar a un alma como para solicitar, en consecuencia, que se sustituyera a todos los santos con matones. Tan no es broma que podemos constatarlo hoy día, desde los anticonceptivos hasta el armamentismo nuclear. Contra ellos tuvo la Iglesia que predicar una cruzada y que inventar la Santa Inquisición para finiquitar el asunto. 


Para recordar que,
 el delito, como el pecado, lo es por razón del daño y no por mero capricho eclesial o legislativo. Veámoslo de esta manera: Con uno solo de sus antepasados que hubiera sido homosexual, o una sola de sus antepasadas en la "liberación femenina" practicándose abortos, ¡y usted no estaría aquí! Al cálculo: Dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, 16 tatarabuelos, 32 trastatarabuelos; 64, 128, 256. . . Ahora saque la suma. Probabilidades hubo siempre, pero, ¡habría sido una lástima perderlo a usted junto con muchos de sus antepasados!

 Como usted verá, todo esto sigue siendo muy actual, ¡al grado que amenaza con destruirnos!

 Pero se admite por la contundencia con que prueba el Evangelio. Así dice Jesús a los judíos: 

"Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. El fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira". (Juan 8:44)

Esto es indiscutiblemente real y concordante con Génesis. El homicida y su proyecto han sido uno y el mismo desde que tentara a Eva hasta hoy; y la mentira, al igual que la idiotez, se proyecta paralelamente desde el Jardín del Edén hasta hoy. Para entender más sobre el Pecado Original y como se transmite a la humanidad entera vea el anexo Nº 1.


La Historia desde el principio
Decíamos en el capítulo anterior que los historiadores tenemos que investigar cada momento no solo en su continuidad, sino en sus antecedentes más remotos; y no solo en la línea del tiempo, sino en su densidad de bosque. ¡Ay del historiador a quien los árboles le impidan ver el bosque! Y ya hemos comenzado a hacerlo retomando el principio a partir de Génesis.

Completemos ahora diciendo que la historia se escribe con hache, pero con hache mayúscula. En efecto, desde "Enemistad pondré entre ti y la Mujer, y entre tu descendencia y la suya; y Ella te pisará la cabeza mientras asechas para morder su talón" Génesis 3:15 la guerra decretada por Dios exige, como en los trazos verticales de la H una proporcionalidad en la altura que la hache minúscula carece. Una guerra entre fuerzas desproporcionadas no puede durar mucho, y tanto para el antiguo, como para el nuevo Testamento, y desde el Pecado Original hasta el advenimiento de los cielos nuevos y la tierra nueva la guerra habrá de durar. 

Y el porqué de tan larga guerra radica en el enviciamiento, nuestra entrega a la esclavitud del sexo, drogas, molicie y confort. El aquí y ahora nos dominan. Invertir solo el dinero, y esto solo el sobrante después del buen vivir. Lo que Cristo exige es que sepamos invertir en el bien propio y del prójimo, pero respondemos pagando por boletos a espectáculos efímeros, y negándonos a invertir por el sacrificio propio para adquirir los bienes eternos.

He aquí la clave indispensable: El que cree en el más allá justiciero está dispuesto a cargar la cruz y sabe que Jesucristo es bueno por exigirle poniéndole el ejemplo. El que por el contrario solo acepta como real el más acá, a quien tomará por bueno es al que le autoriza todo, y no le prohibe nada, será por tanto partidario del Diablo.

Y en medio, junto con la espada, el libre albedrío.

"¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, os lo digo; sino división" Lucas 12:51. 

"No penséis que he venido para meter paz en la tierra: no he venido para meter paz, sino espada" Mateo 10:34.

Y se trata de dos libros frente a frente


Un tomo del Talmud
Por la espada



Maimónides estableció que debe ser un tribunal judío —o un tribunal designado por la autoridad judía—el que imponga obediencia y enjuicie a los gentiles, así como el que promulgue legislación por orden de la corte con ese
Ya están en la SCJN
propósito. Maimónides decretó adicionalmente que toda nación no judía, "no sujeta a nuestra jurisdicción" (tahaht yadeinu) será el blanco de la guerra sagrada judía. (Cf. Hilkhot Melakhim 8:9-10; 10:11. Véase también Gerald J. Blidstein, "Holy War in Maimonidean Law," en Perspectives on Maimonides [Oxford, England: Oxford Univ. Press, 1991].


Si los gentiles se rehúsan a vivir una vida en inferioridad, entonces será esta la señal de su rebelión y de la necesidad de guerra judía contra su sola presencia. [Cf. Mordechai Nisan, Kivunim (publicación oficial de la World Zionist Organization), Agosto de 1984, pp. 151-156].


"Conozco tus obras, tu tribulación, y tu pobreza (pero eres rico); y la blasfemia de los que se dicen Judíos, y no lo son, sino que son una sinagoga de Satanás". Apoc 2:9
"Mira, que Yo haré venir de la sinagoga de Satanás a aquellos que dicen ser judíos, y no lo son, sino que mienten; como quiera, Yo los haré que vengan a tí, y se postren delante de ti, y reconocerán que Yo te he amado." Apoc 3:9
Para consultar el Talmud en línea, en inglés, con un clic: The Babylonian Talmud

Teniendo ahora si claro el contexto. . .
Jules Isaac
Podemos adentrarnos en la organización y en los sofismas que se prepararon para la toma del Vaticano, la antes esplendida fortaleza católica y en el hombre elegido para llevar el mal, en forma de sofismas del momento hasta las más recónditas salas y oídos del Vaticano. Recordemos su desplante:

Dice Jules Isaac, en su Jésus et Israel: “El historiador tiene el derecho y el deber, el deber absoluto, de considerar las narraciones evangélicas como los testigos de cargo (contra los judíos), con el agravante de que se trata de los únicos testigos, y de que los cuatro escriben desde el mismo punto de vista: carecemos de toda otra evidencia, ya sea pagana o judía como contrapeso, o para sopesar la una contra la otra. Ahora bien, esta parcialidad de parte de los evangelistas en ningún punto es más marcada ni más evidente, esta ausencia de documentación no cristiana en punto alguno es más de lamentarse, que en la historia de la Pasión . . .” (página 428 del original en francés).


Un talón de Aquiles del tamaño de una ballena, la confesión de ignorancia de Jules Isaac


Muerto ya Jules Isaac me dirijo, en este punto, a los rabinos:

Tendrán ustedes que aceptar, finalmente, que la ausencia total de pruebas, y aún más de contra argumentación en su momento es el elemento probatorio de peso definitivo en este caso, y totalmente favorable a los Evangelios.

Tendrán que reconocer, igualmente, que la presentación de su caso como se desprende del párrafo, arriba, para que tuviera un mínimo de sentido habría requerido de un cristianismo estacionario frente a un judaísmo floreciente, lo que contradice de manera flagrante los hechos históricos. De haber sido calumniados como pretende Jules Isaac la respuesta habría sido inmediata, lo que se torna más obvio cuando el que va ganando la batalla es su adversario. Las pruebas caen de un solo lado, y es la Cristiandad su monumento.

El cristianismo crecía con empuje irresistible bajo la mirada de sus antepasados, atestiguando su impotencia para frenarlos. Fuerza tal no la tienen las fábulas. Me refiero, obviamente, a los hechos entonces públicos y notorios de los milagros atestiguados por los Evangelios. Lázaro, con su cuerpo ya hediente devuelto a la vida. La Pasión, de la que sus antepasados fueron los primeros en hacer un espectáculo público y la peor humillación ante unos 600,000 judíos que habían acudido a Jerusalén para la celebración de la pascua convirtiéndose, por la certidumbre multitudinariamente atestiguada de la muerte, en el fundamento inapelable de la Resurrección posterior. La humillación que tenía por objetivo aplastar el movimiento mesiánico encabezado por Jesucristo concordando con la humillación a Dios Creador impuesta por Adán y Eva eligiendo la versión del Diablo contra la Verdad de Dios. Igualados en la humillación para ser reconocidos, igualados en la Divinidad. Se trata del mismo y único Dios, y esta es también su Gran Señal. Y, finalmente, de la Resurrección, sin la cual, un solo cristiano, entonces o ahora, tras tan tremenda humillación sería tan increíble como para no poder hallar uno ni como pieza de museo. ¿Dónde entonces hallar una explicación lógica? Lo primero que hacen los criminales es ocultar la evidencia, ¡toda evidencia! ¡Lo que implica toda mención de los hechos! ¡Precisamente lo que da lugar a la queja de Jules Isaac! ¡Ni él mismo encuentra una fuente judía que mencione, siquiera mencione, estos hechos!

¿Verdad, señores rabinos, verdad profesor Jules Isaac?

Si la responsabilidad por el deicidio hubiera correspondido a los romanos, sus antepasados lo habrían mencionado. Estarían en posesión de evidencia escrita por los escribas de antaño Pero fue obra de sus antepasados. —Y, al negar Su divinidad y su mesianidad en sus sinagogas, tratando por todos los medios de borrar su nombre mismo, son ustedes sus cómplices actuales, e igualmente corresponsables ante Dios y ante sus seguidores

Durante casi dos mil años han dicho ustedes, señores rabinos, a los judíos que gobiernan, que “Ningún hombre puede hacerse a sí mismo Dios”. Pero les han ocultado no sólo la omnipotencia divina para la Encarnación, sino su imperativo también, sin el cual no puede haber salvación ni razón para que la humanidad continúe.

Resumiendo: Jesucristo no se hace Dios, es Dios mismo quien se hace hombre en Jesús para devolvernos a su imagen y semejanza. Pero ustedes con metas ínfimas apartan de las grandezas divinas a los judíos que les siguen, y en vez de arrepentirse por el deicidio cometido persisten en su contumacia que los aparta de la única forma de recuperar lo divino. 

Y lejos de hallar ayuda en Vaticano II, no sólo se apartaron más, sino que apartaron más al mundo. Rechazar el deicidio es rechazar Su divinidad y la verdad de los Evangelios.

El mundo sabe hoy, gracias a la historia completa del Vaticano II, como se han lanzado a atacar y destruirlo todo, y como ha dejado en claro Jules Isaac confesando su ignorancia, ¡sin fundamento ni conocimiento alguno!


Ignorancia que rebasa lo creíble
Veamos algunos detalles del segundo de los dos párrafos de Jules Isaac que venimos transcribiendo desde el capítulo anterior:

"Los pasos que llevaron a la fe cristiana a conquistar su independencia la llevarían, rápida e inevitablemente a una guerra inmisericorde con Israel
‘conforme a la carne’, la nueva Iglesia proclamándose el verdadero Israel de Dios y el ‘único Israel conformanalizae al espíritu’. ¿Pero acaso caían en cuenta de la gravedad de este reclamo? Sobrepasaba con mucho la difamación contra el pueblo judío, era una intentona de privarles de su chispa vital, de su fuego sagrado, podría decirse de su misma vida; y aún más—así de entrelazados se encuentran los elementos espirituales y temporales entre si—era una intentona para despojarles de su lugar bajo el sol, de sus derechos privilegiados en el Imperio". (Genèse de l’Antisémitisme—p.150).

La seriedad que el tema exige nos impide, de entrada, dar seguimiento a las fábulas del historiador que, haciendo caso omiso de la Sagrada Escritura desde Moisés, y sobre todo del Personaje Central de la historia, Jesucristo, nos quiere convencer de que la "fe cristiana conquistó su independencia;" "difamó al pueblo judío," y la Iglesia fue desde sus orígenes "una intentona para despojarles de su lugar bajo el sol, de sus derechos privilegiados en el Imperio", Y todo esto no tiene empacho en dejarlo resumido en un solo párrafo de la página 150 de su libro Genèse de l’Antisémitisme.

Para dejar en claro que se trata de fábulas nos basta con analizar la última frase, y preguntar: ¿Cuál es ese lugar bajo el sol que reclama, cuáles son los derechos privilegiados a que hace referencia, y de que imperio se trata?

Para contestar nos basta con ir a los orígenes que en su verdad histórica nos llevan al Pentateuco, los cinco libros atribuidos a Moisés para constatar:


  1. Hubo, en efecto, un pueblo elegido por Dios: Israel.
  2. La elección fue por razón de un hombre, Abraham, cuya justicia, puesto ante tremenda prueba la pasó sin falta ni merma. Esta prueba, sacrificar a su hijo Isaac en holocausto a Dios la llevaba a cabo con absoluta decisión cuando un ángel lo frena; y un cordero, el simbólico Cordero de Dios aparece a su alcance y es tomado y sacrificado en lugar de Isaac. La promesa divina en su favor queda manifiesta por el cambio que Dios imprime a su nombre, cambiándolo de Abram a Abraham, significando este último "Padre de Muchos Pueblos". Lo primero que debe quedar claro: no de uno, sino de muchos pueblos.
  3. Una vez que hubo un hombre capaz de cumplir la Voluntad Divina, Dios nos dará, por medio de Moisés, sus Diez Mandamientos.
  4. ¿Y la Justicia Divina? Si el premio por una pequeña obediencia de no comer de uno de los árboles del Paraíso iba ser la incorporación de Adán y Eva como hijos de Dios en la Gloria Eterna, ¿que premio habría tenido Dios en mente para la asombrosa, perfecta y absoluta obediencia de Abraham?
  5. El principio aplicable, Dios ni permite, ni puede ser vencido en generosidad por nadie nos da la consabida respuesta: Dios Padre nos daría a Su Unigénito --divino y eterno como Él; consubstancial a Él--, para que Él, Su Verbo, a su vez se ofreciera al Padre en Holocausto por los pecados del mundo y así restaurara, en justicia y en Sí Mismo nuestra naturaleza caída hasta lo animal para reconducirla hasta lo divino. Sin embargo, cada uno de los redimidos --siguiendo el ejemplo de Abraham superado divinamente por Jesucristo y Su Santísima Madre-- solamente podremos ser diviniza-dos conforme al Juicio de Filiación aplicable a todos los hombres:  "Este será el premio para el vencedor: Yo seré Padre para él, y él será un hijo para mi. Pero en cuanto a: los cobardes, a los incrédulos, a los abominables (homosexuales), a los homicidas, a los fornicarios, a los hechiceros, a los idólatras, y a todos los embusteros, su parte será arder en el lago de fuego y azufre, que es la muerte segunda".(Apocalipsis 21:8)
  6. La elección; los elegidos, solo pueden serlo por su justicia. No conforme a "valores" etéreos y lo que pretenda inventarse, sino en la realidad de la carne conforme a Los Modelos señalados, suma y armonía de todos los valores concretados en la sangre; superando en todo a Abraham la Santísima Virgen María al pie de la Cruz, ofreciendo con las perfecciones de Su Corazón a Su Hijo, infinitamente mayor que Isaac como Verdadero Cordero de Dios. La perfección del sacrificio depende de la perfección del corazón que lo ofrece; y solo una Virgen y Madre podía representar a Un Virgen y Padre a los ojos del mundo. Dolor transmutado en amor, Sangre Divina en Redención. 

Comprobemos la naturaleza de la elección
Los esfuerzos del profesor Jules Isaac por acreditar, y aun justificar, un imperialismo judío sobre el género humano, concordante en todo con las citas de Maimónides y de Mordechai Nisan que ofrecemos arriba, con el Talmud que hasta hoy los rige, y con especial consideración a las leyes Noéquidas (Noahide Laws) del Talmud que nos condenan a muerte por adorar a Jesucristo (pecado de idolatría para los rabinos) a consultar aquí (en inglés) con un clic: The Babylonian Talmud, y las citas sobre el Talmud en su odio a Cristo y a los cristianos del padre Justinus Pranaitis (en español) a consultar con un clic aquí: El Talmud Desenmascarado, se han dado en la historia por la ignorancia impuesta rabínicamente a los judíos. Ignorancia admitida por Jules Isaac. 

Pero entendamos también que borrar las huellas del delito, del homicidio deicida del Justo y después de sus seguidores era tan importante para los rabinos del siglo primero y segundo como lo es hoy para los rabinos del siglo XXI. Por consiguiente, dar tanta importancia a Jules Isaac, el fanático imperialista judío, no era más sorprendente que la ignorancia episcopal (fingida o supina, según el caso ya en 1963) generalizada en la época entre los obispos conciliares que terminarían victimados por los errores rabínicos. En pocas palabras: No se pueden sumar errores para lograr aciertos. 

Para justificar nuestra labor --aquí todos somos historiadores-- y a falta de la información destruida que ni los esfuerzos de Jules Isaac pudieron encontrar, las fuentes cristianas son únicas, veraces, y universalmente válidas. Veamos el testimonio de Gamaliel sobre este punto tomado de los Hechos de los Apóstoles. Llevada presa la Iglesia Naciente en la totalidad de sus apóstoles ante el Sanedrín que quiere condenarlos a muerte:

"Pero cierto Fariseo llamado Gamaliel, maestro de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Concilio (Sanedrín) y ordenó que sacaran fuera a los apóstoles por un momento. Entonces les dijo: "Hombres de Israel, tengan cuidado de lo que van a hacer con estos hombres. Porque hace algún tiempo Teudas se levantó pretendiendo ser alguien; y un grupo como de 400 hombres se unió a él. Y fue muerto, y todos los que lo seguían (obedecían) fueron dispersados y reducidos a nada. Después de él, se levantó Judas de Galilea en los días del censo, y llevó mucha gente tras sí; él también pereció, y todos los que lo seguían se dispersaron. Por tanto, en este caso les digo que no tengan nada que ver con estos hombres y déjenlos en paz, porque si este plan o acción es de los hombres, perecerá; pero si es de Dios, no podrán destruirlos; no sea que se hallen luchando contra Dios." Ellos aceptaron su consejo, y después de llamar a los apóstoles, los azotaron y les ordenaron que no hablaran más en el nombre de Jesús y los soltaron. (Hechos 5:34-40) 

¿Qué tan histórico es esto, qué ocurrió aquí? Al Sanedrín entero le bastó con recordar del Deuteronomio la admonición de Dios transmitida por Moisés como Juramento: "Cuando hayan engendrado hijos y nietos, y hayan permanecido largo tiempo en la tierra, y se corrompan y hagan un ídolo de cualquier cosa, y hagan lo que es malo ante los ojos del Señor su Dios para provocarlo a ira, hoy pongo por testigo contra ustedes al cielo y a la tierra, que pronto serán totalmente exterminados de la tierra donde van a pasar el Jordán para poseerla. No vivirán por mucho tiempo en ella, sino que serán totalmente destruidos. (Deuteronomio 4:25-26)

¿Dónde quedó la fantochada del imperialismo judío de que es inmune a la Justicia Divina, de que puede obrar a su antojo impunemente, de no estar sujeto en mayor grado para ser más castigado que cualquier otro pueblo de no hacerlo?


¿Para qué fueron elegidos los judíos?
"Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra ustedes de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia. . . " (Deuteronomio 30:19) 

¡Ciertamente NO para quedar benditos a costa de lo que fuera, sino todo lo contrario!

¿Y qué fue lo que eligieron?

Lo ocurrido aparece en el Talmud: Gittin 57b. Afirma que, entre 40 millones, y cuatro mil millones de judíos fueron muertos por los romanos en la ciudad de Bethar.

No eligieron la vida, sino la maldición y la muerte. El Talmud es su libro oficial, pero sobre todo está avalado por la historia: Después de las tres guerras judeo-romanas Israel quedó arrasado. Alemania perdió dos guerras mundiales, pero Alemania está ahí. Japón fue bombardeado con atómicas, pero Japón sigue ahí. Pero para principios del siglo segundo, el año 135, la tierra sí, la gente ya no. CASI NO QUEDARON JUDÍOS. Fueron arrasadas 45 ciudades fortificadas, y 985 poblados. El ejército que en la última guerra contaba con más de medio millón de soldados pereció completo. Las ciudades fortificadas cayeron tras el hambre y la peste que cobraron incontables víctimas adicionales. Profecía cumplida.

¿En qué quedaron las alocadas fantasías que introdujo Jules Isaac en los pasillos vaticanos para normar el Concilio? ¿Cuales  pasos llevaron a la fe
Centurión
cristiana a conquistar su independencia de lo que ya estaba destruido? ¿D
e que lugar bajo el sol podía despojarles la Iglesia si sus cadáveres estaban bajo tierra? ¿Cuáles derechos privilegiados en el Imperio les dejaron las legiones romanas para poder reclamárselos a la Iglesia?". ¡Si al menos esta demencia no hubiera sido superada por el "Espíritu del Concilio"!

La respuesta completa al "para que fueron elegidos los judíos" es, obviamente, para que de ese pueblo nacieran el Mesías y la Iglesia. Una vez cumplida esta meta, lo que salía sobrando, y peor, amenazaba a la Iglesia tenía que ser destruido, y así lo fue.


¿Quién sentenció a muerte al pueblo judío?
Jesucristo mismo, este punto es fundamental y claro en el Evangelio:

"Porque el Padre no juzga a nadie, sino que todo juicio lo ha dado a su Hijo" (Juan 5:22)

Y la lucha contra escribas y fariseos dejó siempre en claro su sentencia contra los judíos en cuanto pueblo, en su conjunto, como finalmente se cumplió:


"Érase una vez un hacendado que plantó una viña y la cerco con un muro, y cavo en ella un lagar y edifico una torre. La arrendó a unos labradores y se fue de viaje. Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores, tomando a los siervos, a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon. Volvió a mandar otro grupo de siervos, mayor que el primero; y les hicieron lo mismo. Finalmente les envió a su hijo, diciendo: 'Respetarán a mi hijo.' Pero cuando los labradores vieron al hijo, dijeron entre sí: 'Este es el heredero; vengan, matémoslo y apoderémonos de su heredad.' Y echándole mano, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará a esos labradores?" Ellos respondieron: "Dará muerte a esos perversos, y arrendará la viña a otros labradores que le paguen los frutos a su tiempo." Jesús les dijo: "¿Nunca leyeron en las Escrituras: 'la piedra que desecharon los constructores se ha convertido en la piedra angular; esto fue hecho de parte del señor, y es un milagro patente'? Por eso les digo que el reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca los frutos del reino. Y el que caiga sobre esta piedra será hecho pedazos; pero sobre quien ella caiga, lo hará añicos." Al oír las parábolas de Jesús los principales sacerdotes y los Fariseos, comprendieron que El hablaba de ellos. Pero cuando decidieron prender a Jesús, tuvieron miedo de la multitud, porque ellos lo tenían por profeta. (Mat 21:33-46)

Así fue, exactamente así. Una nación superior fue elegida por Jesucristo, Dios y Señor del universo: Roma. Por ello, los ejércitos de Dios ya no serían los de Israel, sino los de Roma, y en ella sentaría el Divino Maestro sus reales. Roma dominaría el mundo, y los papas, sus vicarios, lo gobernarían.

Exactamente así como sentenció el Juez Omnipotente señalándose como piedra, cayeron los judíos sobre sus ejércitos, ejércitos de Roma para quedar hechos añicos; y sus legiones romanas cayeron sobre ellos y los aplastaron. Mil quinientos años después la historia sería la misma: como premio por expulsar a los judíos en 1492, ese mismo año España descubriría América. España conquistaría América y llegando hasta Filipinas, el primer imperio en superar a Roma seria tan extenso que en él no se pondría el sol. Tristemente, al entibiarse la fe,  se cumpliría en ella lo ocurrido con todos los grandes imperios; lo consabido, lo repicado de manera incesante por la tragedia griega: hartazgo, conducta desaforada y desastre. La secuela que persigue a los satisfechos.

Pero ¿qué pasó con la destrucción de los judíos, señalada de manera tan aplastante por el Talmud mismo? La investigación histórica moderna certifica que, solo el cinco por ciento de los judíos actuales son realmente judíos. La obra del mundialmente famoso y prolífico Arthur Koestler, judío de origen Khazar o jázaro, al que él pertenece así lo prueba. Lo interesante es que el 95% de los supuestos judíos no son semitas, sino arios. Colocamos el libro como venimos haciendo con toda la bibliografía sin detenernos mas en ello para volver a la Sagrada Escritura. 


  "El reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete de bodas para su hijo. Y envió a sus siervos a llamar a los que habían sido invitados a las bodas, pero no quisieron venir. De nuevo envió otros siervos, diciéndoles: Digan a los que han sido invitados: "Ya he preparado mi banquete; he matado mis novillos y animales cebados, y todo está preparado; vengan a las bodas. Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a su campo, otro a sus negocios, y los demás, echando mano a los siervos, los maltrataron y los mataron. Entonces el rey se enfureció, y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos asesinos e incendió su ciudad. (Mat 22:2-7) 

"Pero a estos mis enemigos, que no querían que reinara sobre ellos, tráiganlos acá y mátenlos delante de mí." (Lucas 19:27)

La sentencia que pasó sobre los judíos fue siempre pública, y el odio que produjo en ellos, tan contumaces en su desprecio de la ley, en su odio tradicional a la Palabra Divina y a los Juicios Divinos como demostraron siempre matando a los profetas anunciaba lo que era de esperarse para la Iglesia naciente y hasta el día de hoy: "Pero los principales sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro; porque por causa de él muchos de los Judíos se apartaban y creían en Jesús" .(Juan 12:10-11) El amor y la muerte se enfrentaban, y se enfrentarían a través de los siglos. Guerra inevitable entre la Iglesia y la Sinagoga de Satanás (Apocalipsis 2:9 y 3:9) hasta el asombroso y casi increíble engaño del Concilio Vaticano II.

Todavía, y a pesar de la historia, quieren olvidar la admonición de Gamaliel?

Y a pesar del poder infinito mostrado históricamente por Jesucristo, ¿aún quieren enfrentarse con Él? 

Increíblemente sí, al grado de recaer en la estupidez del maniqueísmo, confiar como Eva en Satanás contra Dios, de andar de mandilones, ¡y saludándose haciendo cuernos con las manos!

¡De carcajada!

El intento de reconstruir el Templo en tiempos de Juliano el Apóstata, y las canonizaciones de Roncalli y Wojtila.

La fecha fijada, el 26 de abril de 2014 ha señalado el límite de una era, el momento de una enorme catástrofe  porque la falsa Iglesia se ha colocado entre los santos a dos demonios: a Juan XXIII (Angelo Roncalli, el supuesto Papa Bueno), y a Karol Wojtyla (Juan Pablo II). Veamos el precedente histórico, narrado y reconocido por todos los historiadores antiguos, y, registrado hasta por Mahoma en el Corán. (Corán 3:103).

La renovada condena al Templo
Importancia similar a estos hechos históricos por los que quedó manifiesta la voluntad de Dios en la aniquilación del pueblo que rechazó la elección, y la elección de un pueblo nuevo que daría su fruto a su tiempo está lo ocurrido en el siglo cuarto, cuando los rabinos entraron en contubernio con el emperador Juliano (361-363 D.C.) y lo llevaron a la apostasía para su registro histórico como Juliano el Apóstata.


Edward Gibbon
Del emperador obtuvieron el permiso para reconstruir el templo de Jerusalén. Templo destruido como profetizara Jesús, reconstrucción planeada contra su sentencia y con intención de desacreditar el Evangelio. Poco después moriría el Apóstata. La importancia de los hechos que se narran a continuación queda evidenciada por la enorme impresión que causó en el mundo. Impresión que diera lugar a un gran número de escritos contemporáneos a los hechos y cuya bibliografía fuera recogida por Edward Gibbon que, anticristiano y todo, no pudo sustraerse a su impacto y ofrece abundantes testimonios de la misma.   


Tomemos de la narración de Rufino de Aquilea en el siglo quinto: «Y ahora, en la noche anterior al inicio de los trabajos de construcción hubo un violento temblor. No sólo todos los cimientos se vieron levantados y arrojados fuera, sino que casi todas las construcciones del lugar fueron demolidas. Los pórticos bajo los que se encontraban gran número de trabajadores judíos se desplomaron aplastando a los que se encontraban debajo. Pero al amanecer, creyendo los sobrevivientes que habían escapado del desastre corrieron a rescatar a los que se hallaban bajo la ruinas.

Françoise Thelamon
«Había unos cuartos profundamente enterrados en los sótanos del Templo, cuya entrada se encontraba entre los pórticos que se desplomaron; arreglaron ahí sus herramientas y demás implementos de trabajo. Apareció súbitamente una bola de fuego que, barriendo el lugar se disparaba en todas direcciones quemando y matando a todos los presentes. Este prodigio, al repetirse varias veces durante el día con sólo breves intervalos de tiempo puso fin a la temeridad de este pueblo terco con sus llamas vengadoras Una historiadora moderna nos da la narración siguiente: Comenzaron la obra el 18 de mayo del año 363, pero al día siguiente «Un temblor y un fuego que salía de los cimientos pararon la obra apenas iniciada, no solo porque imposibilitaban su continuación, sino porque fueron vistos como un castigo divino condenando la obra (Françoise Thelamon, Païens et chrétiens au quatrième siècle. L’apport de l’«Histoire ecclésiastique» de Rufin d’Aquilée,  Études augustiniennes, 1981, p. 304)

Ahí terminaron, por dieciséis siglos, todos los esfuerzos judíos para reconstruir el Templo.  

Mahoma lo atestigua
Pero el fuego de condenación que impedía la reconstrucción del antiguo templo judío no iba a presentarse cuando los discípulos de Mahoma fueron a construir sus mezquitas sobre el mismo que, aún hoy, y como causantes del renovado conflicto árabe-israelí siguen de pie. La primera mezquita sobre la explanada del que fuera el Templo judío se construyó en el mismo siglo séptimo en que murió Mahoma, entre los años 638 al 698, la otra es del siglo XIV.

El fuego como impedimento histórico obedece al hecho de que la reconstrucción del Templo habría equivalido a que Jesucristo no fuera Dios. A la vuelta de pleno derecho al judaísmo antiguo. A que los rebeldes a Jesucristo pudieran ostentarse como pueblo aún elegido. A que pudieran pasar como agradables a Dios. A que el Evangelio fuera una mentira: «El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él.» (Juan 3:35-36) Cólera manifiesta en múltiples ocasiones, y por manifestarse de nuevo cuantas veces necesario fuere. Por eso no se manifestó prodigio alguno que impidiera a los árabes construir sus mezquitas sin importancia ante la condena definitiva de la ciudad por el Apocalipsis: Y sus cadáveres, en la plaza de la Gran Ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma o Egipto, allí donde también su Señor fue crucificado. (Apocalipsis 11:8) Estos son los nuevos nombres de la Jerusalén judía que el Apocalipsis contrapone a la Jerusalén que baja del Cielo. Al vencedor le pondré de columna en el Santuario de mi Dios, y no saldrá fuera ya más; y grabaré en él el nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que baja del cielo enviada por mi Dios, y mi nombre nuevo. (Apocalipsis 3:12) También a ellos, infelices judíos, la verdad les hará libres, porque el error aprisiona, porque los mitos encadenan...

Pero Jesucristo Nuestro Señor nos deja un mensaje claro para este momento: haga clic: Jesús sobre "Los Últimos Tiempos"


La contumacia persiste. . .
Hemos dado seguimiento tanto ideológico como histórico al problema del mal como fuera concretado en el maniqueísmo viviente en los rabinos con su Talmud, y proyectado al mundo a través de 20 siglos en su combate a la Iglesia, siempre desde las tinieblas, ocultando la identidad de sus efectivos con mil disfraces, como atacan las fieras en manada tras aislar a sus víctimas; y tratándose de los pueblos, tras aislar los puntos neurálgicos de sus víctimas los paralizan con el factor sorpresa. Así han caído las fortalezas de las naciones con las revoluciones.

Y tan vivo sigue el maniqueísmo, que lo demuestran los grandes de la política y las finanzas haciendo cuernos con las manos.

Nunca dejaron la meta que propusieron a Juliano el Apóstata, pero el temor a un ridículo mundial de repetirse algo parecido los ha frenado durante siglos. Sin embargo, una de las metas de las canonizaciones de los demonios hacen el equivalente a globos de prueba. 

Parecen creer que, de lograrlas sin que les llueva fuego del cielo, y habrá que ver lo que ocurre en lo que queda del año, podrían reconstruir su antiguo Templo sin peligro, --sobre todo en el momento que lo intenten como ocurrió ya en tiempos de Juliano-- para darse el gusto de sacrificar en él a una vaca colorada.

¡Vana esperanza y el Infierno al final!