lunes, 8 de junio de 2009

Escena de la Canonización el 15 de mayo de 1947


Aparece San Nicolás de Flüe con su bandera, la Zarpa del Oso sobre fondo blanco.

Fuera de la visión de Constantino: "In Hoc Signo Vincis" el 325 de la Era Cristiana, no conozco otro caso de un estandarte otorgado por el cielo en una visión.

La historia de las profecías dentro de la Iglesia reserva un lugar especial al santo patrono de los suizos; padre de la patria; vidente juvenil; soldado destacado; marido y padre ejemplar de cinco hijos; ermitaño después, y asceta, que vivió décadas sin probar bocado ni beber agua, únicamente de la Eucaristía; vidente de la Sma. Trinidad de manera única. --Tal fue San Nicolás de Flüe (1417-1487).

Dios le permitió conocer la revuelta protestante que se gestaba, y junto con ella también nuestros tiempos: "La Iglesia será castigada", profetizó, "porque la mayoría de sus miembros, grandes y pequeños, se pevertirán grandemente. La Iglesia se hundirá más y más, hasta que, finalmente, parecerá haber quedado destruida, y la sucesión de Pedro y de los demás apóstoles parecerá haber terminado. Pero después de esto, será exaltada triunfalmente a la vista de todos los que dudaban".

¿Hay necesidad de decir más sobre cuanto ocurre con el papa y los obispos?

Un remedio para el Opus: Sustituir a Escrivá con un santo de adeveras, San Nicolás de Flüe; y su liberalismo por su contradictoria de la oración permanente que llenó su vida, y resonó en todos los hogares de la Suiza de la paz multisecular:

Quítame Señor cuanto de tí me aleje.

Dame Señor cuanto a tí me acerque.

Quítame de mi mismo y entrégame por entero a tí.

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